'Ese Gustavo es éste'

AutorErika P. Bucio

Dirigió la Sinfonía No. 4, la Italiana, muy joven; la más popular de Mendelssohn. Fue en un concierto en Venezuela que se grabó a cinco cámaras, muy útil para un director al permitirle verse y escucharse en distintos frentes.

Gustavo Dudamel estaba exultante. ¡Qué bien se veía dirigiendo! Y corrió a mostrarle el video a su maestro, José Antonio Abreu, fundador de la más exitosa red de orquestas juveniles e infantiles de Iberoamérica, El Sistema, quien miró muy concentrado los 30 y tantos minutos que duraba la obra. "Mi querido, ahora vamos a escucharlo, pero cierra los ojos", le propuso.

Todo lo bello del gesto no encajó con lo que sonaba; se escuchaba mal. Fue una gran lección para el joven Dudamel, nacido en 1981 en Barquisimeto, conocida como la Capital Musical de Venezuela.

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El director de orquesta debe estar al servicio de la música, una postura mantenida por grandes directores del pasado, como Arturo Toscanini, Willem Mengelberg o Bruno Walter, y que Dudamel ha hecho suya. O por Herbert von Karajan y Leonard Bernstein, a quienes estudiaba en video.

Sabe que son tiempos distintos, pero la misión de una batuta es inamovible.

"No se puede ser un ególatra y decir: 'Mírame cómo dirijo', sino '¡escucha cómo lo hago!'. Y ahí está la esencia del director: que se escuche la música", comparte Dudamel durante una visita a Santiago de Chile, donde organizó a finales de junio los primeros conciertos en homenaje Abreu, fallecido en marzo pasado.

El director venezolano se propone proseguir con el apostolado de su mentor de universalizar la enseñanza de la música y el arte. La música como herramienta de cambio social y un derecho universal, cuyo emblema es El Sistema, fundado en 1975, del que es actualmente director artístico.

Abreu depositó sus esperanzas en él desde que era un niño de 12 años y daba sus primeros pasos en la dirección orquestal. "Ya conseguí al director de El Sistema", le anunció un día, por teléfono, a su hermana Beatriz Abreu, pianista, de regreso de un viaje a Barquisimeto.

Sacar la música del templo y volverla accesible se ha vuelto su misión. "Esa visión de convertir el arte, la música, en un derecho humano", dice Dudamel en una pausa dentro de su jornada de ensayos, que aprovecha para comer en un restaurante aledaño a la sala de concierto de CorpArtes junto con su esposa, la actriz española María Valverde, quien esos días rueda una película en Chile.

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Gustavo Adolfo Dudamel Ramírez es hijo del trombonista Óscar Dudamel, un salsero que idolatra a Willie Colón y Héctor Lavoe, y Solange Ramírez, una secretaria que cantaba en un coro de El Sistema. Se casaron con 19 años. En la Urbanización Sucre, de clase humilde, en Barquisimeto, bajo el mismo techo que los abuelos, Engracia y Honorio, criaron a Gustavo.

Nació el 26 de enero de 1981. Muy pequeño, acompañó a su papá a una presentación y comenzó a darle con ritmo al güiro.

"Siempre ha sido...

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