Gustavo Fondevila / La lenta tortuga de la reforma
| Autor | Gustavo Fondevila |
El Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad está trabajando a todo vapor para tener lista para junio la figura del Juez de Ejecución de Sanciones Penales cuya función es vigilar el cumplimiento de las sentencias y otorgar libertades anticipadas. Esto no es nuevo. Hace apenas unos días, se lanzó la convocatoria para elegir a 25 jueces que también comenzarían sus actividades en junio. Es bueno saber que se está trabajando duro, pero el problema es que cuando algunas cosas se hacen rápido, salen mal.
¿Por qué sucede esto? Básicamente porque la reforma procesal penal se nos viene encima y estamos -como siempre- muy atrasados. Y entonces, las cosas se hacen cumpliendo la letra de las obligaciones pero no el contenido, y se inventan jueces de la noche a la mañana.
Hasta el día de hoy, el avance más importante que puede presentar la Ciudad es que ya hay un órgano implementador y que se ha comenzado la capacitación del personal. Pero eso es todo. Todavía está en elaboración el paquete legislativo, falta reforzar la reorganización del sistema, el equipamiento, la infraestructura y las tecnologías de la información. Por otra parte, no ha comenzado la difusión necesaria para llevar adelante la parte más importante de la reforma: el cambio de concepción cultural. Es decir, la forma de concebir el sistema de justicia por parte de la propia población, los usuarios del sistema.
Situación actual
El 18 de junio de 2008 se publicó en el Diario de la Federación la reforma procesal penal que va a cambiar la forma en que se imparte la justicia en el País. El sistema inquisitivo va a ser reemplazado por el acusatorio. Y los juicios orales son la punta del iceberg. En realidad, lo más importante pasa por debajo y va a tener consecuencias importantes en la manera en que se investiga en la Ciudad, en las garantías, en la resolución de conflictos, en los filtros que debe tener el sistema judicial, en el trabajo de los jueces, etcétera. La promesa es que la justicia va a ser expedita, garantista e imparcial. O al menos, usted va a ser inocente hasta que prueben lo contrario. A diferencia de la actualidad, en que usted ya es culpable ahora mismo, y sólo queda hacer la averiguación previa.
Pero para todo esto, hay que trabajar mucho. El texto de la reforma pone un plazo de 8 años para cumplir con todas los cambios y tener listo el nuevo sistema. Pero ya pasaron 3 años y todavía estamos en la etapa...
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