Gustavo Fondevila / Los nuevos secuestros

AutorGustavo Fondevila

En los últimos días ha llamado la atención el accionar agresivo de delincuentes que llevan adelante secuestros muy violentos que terminan con la muerte de sus víctimas (Estado de México, Distrito Federal y Morelos). En un paraje de La Marquesa, el martes pasado fue encontrado el cadáver de un hombre que había sido secuestrado en Cuajimalpa la semana anterior. Este hallazgo se suma a la pareja secuestrada en Huixquilucan cuyos cuerpos aparecieron en Tlalpan a principios de mes; a la universitaria secuestrada en Ecatepec en agosto, cuyo cadáver fue abandonado en Santo Tomás Ajusco; al cuerpo del empresario hallado dentro de una camioneta incendiada en Iztacalco, y al cadáver de un hombre en la reserva ecológica de la Sierra de Guadalupe (Gustavo A. Madero), cuyo secuestro fue denunciado por su hijo. En recientes declaraciones sobre este tema, Rodolfo Ríos, Procurador del DF, informó que en este año (hasta julio) se habían iniciado 33 averiguaciones previas por secuestro con un total de 38 víctimas, de las cuales se habían logrado liberar a 36 personas.

LA CONFIANZA Y ALGO MÁS

Si estos son los números públicos de los secuestros de los últimos meses, hay que multiplicar la cifra por cinco para acercarse un poco al número real de secuestros realizados y no denunciados a las autoridades. De hecho, uno de los problemas centrales de este delito, sigue siendo que la gente sencillamente no lo denuncia: el 75 por ciento de los secuestros se sigue solucionando con el pago del rescate. Tradicionalmente, la baja tasa de denuncia es vinculada a la falta de confianza en la Policía. En el terreno de la seguridad pública (autoridades, policías y expertos) todavía se cree que las víctimas no llaman por miedo a estar pidiéndole ayuda al propio secuestrador. Es decir, que la Policía esté coludida con los delincuentes. Y tienen razón, porque las encuestas de población en reclusión (CIDE) muestran que desde el año 2002, alrededor del 20 por ciento de los secuestradores en prisión eran policías al momento de ser detenidos. La desconfianza tiene motivos bien fundados... Pero esto no alcanza para explicar por completo la renuencia de la población a denunciar.

Una clave sustancial de muchos secuestros (por ejemplo, en los "exprés") es la operación pronta, decidida e inteligente de la gestión de liberación del rehén. Y en ese sentido, las autoridades...

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