Gustavo Fondevila / Testigos sin protección

AutorGustavo Fondevila

El fin de semana pasado, aparecieron en Ecatepec (Estado de México) los cadáveres de Daniel Vivero Villatoro y Alberto Villatoro. No se trata de dos muertes comunes porque estas personas declararon en la Fiscalía de Homicidios de la Procuraduría capitalina (PGJDF) en contra del agente de la Policía de Investigación Luis Guillermo Flores Capetillo acusado de un doble homicidio. Estos testigos que confirmaron su declaración en el Juzgado 4 Penal (partida 32/2013) fueron citados telefónicamente para que salieran de su domicilio, posteriormente secuestrados y asesinados. Así termina el testimonio contra un policía al que las cámaras de seguridad captaron el 12 de enero (2013) obligando a subir en un vehículo no oficial a los jóvenes César Rivero Mendoza y Felipe de Jesús Martínez Mendoza en la calle del antro Living que aparecieron después torturados y con el tiro de gracia en Iztacalco. El asesinato de estos testigos no solamente apunta a paralizar la causa sino que también es un mensaje para cualquier testimonio contra policías.

LOS LEONES DE LA PROCURADURÍA

Y esto es sencillamente gravísimo porque la acusación de doble homicidio contra el policía no es un hecho aislado. En los últimos 3 años (2010-2013) ha habido siete asesinatos de civiles a manos de policías confirmados por la Comisión de Derechos Humanos del DF (CDHDF) que emitió en mayo de este año la Recomendación 8/2013 a la Procuraduría y a la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad precisamente por este tema (ejecución arbitraria a manos de agentes de ambas instituciones). La eliminación de los testigos revela el grado de infiltración en la Procuraduría que llega a niveles de pasar información sensible, hacer una cita envenenada y ejecutar a personas cuyo testimonio puede ser incriminador. Aquí no se trata de una persona corrupta que le pasó un teléfono a un delincuente. Lo que hay es una red delictiva encubierta que opera dentro de la institución y que recurre a lo que sea necesario para proteger la renta de los delitos. Y eso incluye el asesinato, no como una excepción sino como un mecanismo común para resolver problemas.

También muestra con toda claridad la incapacidad de la Procuraduría para proteger a sus testigos, o quizás, el desinterés por proteger a algunos, porque mientras dejan matar a estos dos hombres, tienen a tres mujeres, presuntas testigos del secuestro de los...

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