Gustavo Moheno / Brilla Tom Cruise en cine negro

AutorGustavo Moheno

Tom Cruise de traje gris, pelo encanecido, sentado con una pistola en la mano... Es la imagen del póster pero también uno de los planos finales de la película. Imagen que, secundada por una anécdota en torno a la indiferencia latente de la ciudad de Los Angeles ("un hombre muere en el metro y nadie lo nota"), apuntala la clase de poesía que ostentaban los filmes negros, de hampones "samurai", de Jean-Pierre Melville. Y es que al igual que el desaparecido maestro del "noir" francés, el cineasta estadounidense Michael Mann utiliza el thriller con propósitos superiores: para exponer ideas, arrojar preguntas y dibujar la carga existencial que siempre arrastran sus personajes. En su cine el género no es el medio, es el mensaje.

Colateral: Lugar y Tiempo Equivocado (Estados Unidos, 1994), octavo largometraje de Mann (Fuego Contra Fuego, El Informante), parece a primera vista un trabajo menor del también productor de series televisivas como Miami Vice y Crime Story, en tanto "juega" con una premisa de fórmula -el Después de Hora de un taxista que se topa con un asesino a sueldo- y no oculta su condición de "vehículo de lucimiento" de la que quizá sea la estrella cinematográfica más grande del mundo en un rol a contracorriente de sus héroes todopoderosos; rol que -hay que decirlo- devela sus no pocas cualidades histriónicas.

Sorpresivamente, Colateral: Lugar y Tiempo Equivocado -realizada en video de alta definición como parte de todo un experimento estilístico- resulta una película tan quintaesencial de Mann como Thief o Manhunter, donde la acción -que la hay y perfectamente ejecutada- pasa a segundo término mientras la cámara del cineasta se posa sin prisa en los rostros de sus actores -Tom Cruise y Jamie Foxx, excepcionales- con el fin de que establezcan aguerridos, inteligentes y profundos duelos verbales que ayudan a dimensionarlos como seres humanos, otorgándole a la película un peso dramático que supera con creces la premisa y sus forzadas consecuencias.

Max, el taxista afroamericano cada vez más alejado de sus sueños que esa tarde se ha ligado sin querer a una joven y guapa abogada (Jada Pinkett Smith), y Vincent, el estoico asesino amante del jazz que debe deshacerse de cinco testigos clave en un caso contra un narco mexicano (ni más ni menos que el...

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