Hace del malestar un relato colectivo

AutorJulia Elena Melche

Con sólo cinco largometrajes en sus trece años de carrera, el realizador turco Nuri Bilge Ceylan ha conseguido llamar la atención de la audiencia internacional y una presencia destacada en los festivales de Cannes y Berlín. La razón reposa en su depurado e intenso cine intimista, de una fuerza visual notable y en el que se percibe la gran influencia de cineastas como Tarkovsky, Angelopoulos, Ozu y Kiarostami.

La soledad, la comunicación rota y el desmoronamiento de los lazos familiares son los motivos centrales de su obra fílmica y la región del Bósforo en su natal Estambul, el territorio de historias sombrías donde no hay cabida para la esperanza.

En su reciente trabajo Tres monos: no veo, no oigo, no hablo (Üc mayum, 2008), Bilge Ceylan se detiene en un retrato familiar, cuyos miembros deciden ignorar las verdades que los rodean y actuar como los tres monos del título. El padre Eyüp, un chofer que acepta la propuesta de su jefe, de asumir la responsabilidad de un mortal accidente automovilístico que éste cometió, a cambio de recibir una importante suma de dinero luego de purgar su condena. La madre Jacer, una mujer necesitada de afecto que se involucra sentimentalmente con el patrón de su marido. El hijo Ismail, un vago sin oficio ni beneficio que abandonó sus estudios.

El director de Nubes de mayo y Los climas colapsa el universo familiar, ya torcido de antemano, mediante un drama que toma su tiempo para contar la...

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