La historia se repite

AutorYanireth Israde

Las pandemias son parte del devenir histórico; atizan temores e incertidumbre a la vez que prescriben higiene social y propician respuestas de la sociedad, como ocurrió en México con la influenza española de 1918, y se prefigura hoy ante el Covid-19, compara el historiador Edgar Rojano.

"Como decía Cicerón: 'La historia es maestra de la vida', y debería ser muy útil para entender qué sucedió antes y explicarnos cómo se vive un fenómeno de esta naturaleza y cómo se afrontó", dice en entrevista.

Hoy, el confinamiento y la suspensión de actividades públicas desconcierta, pero son medidas que se aplicaron también en aquel México, cuando las autoridades cerraron establecimientos y recomendaron medidas de higiene y cuidado personal, como "sofocar" los estornudos y la tos en un pañuelo, el uso de mascarillas, no escupir en la calle y evitar las aglomeraciones y lugares mal ventilados.

Proveniente de Estados Unidos, la influenza de hace un siglo siguió los caminos del hierro, como decía un doctor de la época, Aquileo Villanueva, en referencia al ferrocarril, relata Rojano.

Venustiano Carranza gobernaba entonces un México que padecía los estragos de la Revolución y sus políticas de salud fueron criticadas por El Nacional, parte de la escasa prensa que no fue condescendiente con el régimen.

"La influenza española fue un tema de ocho columnas. Imperaba una visión muy centralista de la vida del País, como seguramente hoy sigue sucediendo (...) Las notas periodísticas hablaban de cómo 'va avanzando, va avanzando, va avanzando', desde el norte del País, y de su llegada a la Ciudad de México como el gran impacto.

"Había pocos casos como El Nacional, que cuestionaba fuertemente al régimen de Carranza al decir que no había médicos ni insumos ni recursos necesarios", señala.

La virulencia de la enfermedad -cuyos síntomas incluían fuertes dolores de cabeza y garganta, tos, calentura mayor a 40 grados y decaimiento físico- era tal, apunta el historiador, que desde los primeros momentos se habló de "innumerables víctimas". Pero la mayoría enfermaba de manera "benigna", como declaraba entonces un médico de nombre Carlos Dublán, y el riesgo de morir se incrementaba entre las personas mayores y quienes padecían afecciones crónicas, como sucede hoy.

"Desde su perspectiva, los 'organismos enteramente sanos' eran los que tenían buenas posibilidades de sortear el mal. Dublán también mencionaba que parte de las complicaciones con la influenza tenían que ver con la...

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