Hollywood está loco, loco

AutorEugenio Guzmán

Más que una alfombra roja, lo que Hollywood necesita es un amplio y cómodo diván. O una camisa de fuerza.

En una industria obsesionada con la juventud, las drogas, los cuerpos perfectos y las vistas al Pacífico desde Malibú, la salud mental se da por hecho hasta que casos como el de Amanda Bynes aterrizan una verdad no negociable: la fama y la fortuna no garantizan la estabilidad emocional.

La actriz de 27 años fue diagnosticada como esquizofrénica y los médicos aún están decidiendo si la dejan internada en un hospital psiquiátrico o se la encargan a sus padres para que ellos la cuiden.

Pero el de ella no es un caso aislado. Veamos otras celebridades que padecen desórdenes mentales.

ESQUIZOFRÉNICA

Amanda Bynes

La pesadilla comenzó hace un año, cuando la actriz de Suéltate el Pelo (2007) fue arrestada en varias ocasiones por infracciones de tránsito. Luego le fueron descubiertas drogas en su casa y más tarde pasó días recluida en su cuarto desde donde se comunicaba con el mundo exterior sólo a través de Twitter.

Fue a la Corte con pelucas despeinadas y publicó fotos en donde podía adivinarse que en aquellos desplantes solitarios se hizo más de una cirugía.

El colmo sucedió cuando la internaron después de que intentó hacer una fogata en la cochera de una casa y cabe la probabilidad de que sea recluida en una institución mental.

Otras celebridades con esquizofrenia han sido Syd Barrett, fundador de Pink Floyd; la actriz Veronica Lake, y Brian Wilson, de The Beach Boys.

BIPOLARES

Catherine Zeta-Jones

En el 2011 se internó durante una semana para atenderse de Bipolaridad II. En ese entonces, la actriz de 43 años había padecido largos periodos de depresión y estrés tras la batalla contra el cáncer que libró su marido, Michael Douglas.

Algunos síntomas que padece son hiperactividad, insomnio, irritabilidad y ansiedad.

En abril pasado, la ganadora del Óscar ingresó a otra clínica para continuar con el tratamiento.

Carrie Fisher

Hace mucho tiempo en una galaxia muy, muy lejana fue la fantasía sexual de cientos de miles de adolescentes por su papel de la Princesa Leia en la saga de La Guerra de las Galaxias.

La actriz no pudo destacar más allá de estas cintas debido a su alcoholismo y al trastorno bipolar.

"Estoy enferma mentalmente, puedo decirlo, es algo que no me avergüenza", señaló en una entrevista a la ABC.

Fisher publicó en el 2008 una autobiografía contando sus secretos, adicciones y padecimientos llamada Wishful Drinking.

Sinéad O'Connor

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