Homofobia y crímenes: Cuando la justicia discrimina

AutorFernando del Collado

El odio...

En México, cada tercer día es asesinado un homosexual. La Comisión Ciudadana Contra los Crímenes de Odio por Homofobia (CCCCOH) estima que se han ejecutado un total de 631 homicidios, desde enero de 1995 hasta junio de este año. Hasta hoy, ni un solo crimen ha sido resuelto.

Pero si la impunidad es la tónica que marca el delito, la violencia utilizada en cada una de las ejecuciones tiene directamente puntos de encuentro con el odio al homosexual. Más del 70 por ciento de las víctimas recibieron, en promedio, 30 puñaladas, los cuerpos se encontraron desnudos, amordazados e incluso fueron cercenados sus órganos genitales. En otros, la víctima fue decapitada, estrangulada, violada de forma multitudinaria, torturada, incinerada o recibió el tiro de gracia.

En mayor número, los cuerpos fueron encontrados en el hogar de la víctima. Otros más, abandonados en predios desérticos, canales de desagüe, en el interior de un automóvil, en plena calle o en hoteles.

Desprecio a la orientación sexual

La discriminación...

Formada en mayo de 1998, la CCCCOH, organización civil que ha documentado los casos de homosexuales asesinados, explica que la impunidad que arropa a las víctimas se debe, precisamente, a las fobias respecto a la orientación sexual de la víctima: "Aunque la homosexualidad no constituye un delito en México, la desigualdad ante las instituciones y ante la aplicación de la ley es consecuencia de la homofobia institucional, social y cultural. Un ejemplo contundente es la forma en que se procura la justicia cuando se trata de crímenes contra homosexuales, lesbianas y transgéneros que nunca se resuelven a causa del desprecio a su orientación sexual", describe en su

último informe.

En la investigación policiaca de los crímenes, añade el reporte, aún impera la indiferencia, el desprecio y la negligencia por parte de las autoridades procuradoras de justicia. La calificación de estos asesinatos como "pasionales" contribuye a la extorsión y a su desatención.

No se trata de un visión unipersonal. El 25 de enero de este año, la relatora especial sobre derechos humanos de la Organización de Naciones Unidas, Asma Jahangir, emitió la resolución E/CN4/2000/3, donde llama al gobierno mexicano a "renovar sus esfuerzos para proteger la seguridad y el derecho a la

vida de las personas que pertenecen a minorías sexuales".

Tras denunciar preocupación por la "actitud llena de perjuicios de las autoridades y los informes tendenciosos de los medios de comunicación que han contribuido a crear un clima de impunidad e indiferencia sobre estos delitos cometidos contra miembros de minorías sexuales", la relatora especial, sugirió que "deberían investigarse rápida y rigurosamente los asesinatos de homosexuales".

Hasta el 23 de noviembre de 1999, la CCCCOH llevó un monitoreo de 190 casos, con el fin de observar los avances en la investigación judicial. Sólo en dos casos, los presuntos asesinos habían sido identificados, pero uno estaba en "calidad de prófugo" y el otro se encontraba en proceso "bajo amparo". En el resto, la Comisión registró como nulo el avance judicial.

Una triple estigmatización

La fobia interna...

En ese contexto, las víctimas padecen de una triple estigmatización: desigualdad ante la aplicación de la ley, el rechazo social y el olvido familiar. Se calcula que tres de cada diez víctimas son abandonadas en los Servicios Médicos Forenses. Sus cuerpos no son reclamados, a pesar de ser identificados por sus familiares:

"Lo que nos ha dicho la autoridad es que hay casos en que los familiares ni siquiera quieren recoger los cuerpos, que nadie los reclama. Es algo muy frecuente, casi de tres a diez", señala Rodolfo Millán, encargado de la coordinación jurídica de la Comisión.

Un dato revelador que explica el desinterés de los familiares por reclamar justicia es la poca participación en los procesos de investigación. De los 210 casos a los que hasta la fecha la Comisión ha dado seguimiento, sólo en siete de ellos los familiares se han decidido por otorgar la responsabilidad jurídica u otorgar la coadyuvancia a la propia Comisión para que los ayude en la investigación. En el resto de los casos, los familiares se han

negado a colaborar por vergüenza.

"De acuerdo con mi experiencia en esta Comisión, existen tres tipos de familiares con tres distintas respuestas frente a un asesinato. Una, las que no se interesan definitivamente; dos, las que toleran saber que su familiar fue homosexual, pero no se interesan por esclarecer el homicidio, ya que eso significaría como escupir al cielo; es decir, el estigma que sufría la víctima en vida les cae encima, ¿cómo se van a interesar por la muerte de un marica? Y también están aquellas que sí están interesadas en esclarecer la muerte de su familiar y se deciden por aportar todo lo necesario para ayudar en la investigación. De ésas, hasta ahora contamos con 7 casos".

Rodolfo Millán asegura que para desterrar la cultura homófoba se requiere únicamente aplicar la ley:

"Se requiere de una transformación necesariamente de tipo cultural, porque no se trata de hablar de cooperación de las familias, porque ellas están estigmatizadas igual, ellas fueron educadas igual que el victimario. Antes de ser muerto fue rechazado por su familia o corrido de su...

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