Honor a quien honor merece

AutorErnesto Diezmartínez y Noé Sotelo

La 53 Muestra Internacional de Cine abre este viernes con el más reciente filme de Arturo Ripstein, Las razones del corazón (2011). De hecho, haciendo historia, desde la muestra número 36, en la que presentó La perdición de los hombres (2000), Ripstein estaba desaparecido de este escenario cinefílico.

Así que, de alguna manera, esta reaparición es una suerte de homenaje para el polémico cineasta, el mismo que ha dirigido por lo menos dos de las más grandes películas en la historia del cine nacional: El lugar sin límites (1978) y Cadena perpetua (1979).

El mismo que entabló una absurda demanda contra el crítico Ayala Blanco, el mismo que ha dividido a la crítica nacional e internacional en las últimas dos décadas, el mismo que llamó la atención por sus declaraciones en San Sebastián 2011.

Pero dejemos a Ripstein, el personaje, por un lado y mejor dejemos que su cine tome la palabra. Sea lo que sea, estamos ante un creador que hace un cine rabiosamente personal: hace lo que quiere, como quiere y con quien quiere.

El resto de la programación está marcada por el mismo respeto al cine de autor. Veremos cintas recientes de maestros que, como Ripstein, tienen su propio lugar bien ganado.

El dizque ya retirado Béla Tarr (El caballo de Turín), el fallecido Raúl Ruiz (Misterios de Lisboa), Aki Kaurismäki (Le Havre), los hermanos Dardenne (El Chico de la Bicicleta), Aleksandr Sokurov (Fausto), Nuri Belgi Ceylan (Había una vez en Anatolia), y Olivier Assayas (Carlos), entre otros.

También se proyectará En un mundo mejor, de Susanne Bier, ganadora del Óscar 2011 a Mejor Película en Idioma Extranjero, y una que otra sorpresa. Un consejo: no se pierda la pequeña pero insidiosa película argentina El hombre de al lado.

Ernesto Diezmartínez

Arturo Ripstein cuenta que cuando Pablo Picasso hizo una revisión de su propia obra, llegó a una conclusión con la que el director mexicano concuerda: el color debilita.

Así, el realizador explica que todas sus películas fueron pensadas en blanco y negro, aunque por cuestiones comerciales varias no lograron filmarse en este formato.

Ripstein vuelve tras cinco años de ausencia con una cinta en blanco y negro, "colores" que, afirma, le vienen mejor a un drama como Las razones del corazón. Es una estrategia para apuntalar la desolación, uno de los sellos característicos en la filmografía del hombre que se inició en el cine de la mano de Luis Buñuel.

"Aprendí a apreciar el cine en blanco y negro y, sobre todo, aprendí a amar a mi país en blanco y negro, que es como lo veía de chiquito en las películas", cuenta el cineasta.

Con guión de Paz Alicia Garciadiego, su esposa y argumentista, muestra varias de las estrategias narrativas que lo caracterizan: espejos para...

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