Humberto Musacchio/ La diplomacia Estrábica

AutorHumberto Musacchio

Con el voto contra Cuba por el asunto de los derechos humanos, la diplomacia tapete acaba de anotarse otro autogol. Pese a que había prometido abstenerse, México acabó levantando la mano a favor de una propuesta de Estados Unidos dizque redactada en Lima, pero que Perú no quiso presentar en Ginebra porque no era de su autoría y ni siquiera se tuvo la decencia de avisarle antes de adjudicársela públicamente, de ahí que Washington hubiera optado por usar como muñeco de guiñol a Uruguay, donde los militares torturadores andan por la calle sin que nadie los moleste. Por supuesto, la propuesta contó con el incontrastable respaldo moral del gobierno de Guatemala, que como lo sabe cualquiera es campeón mundial en derechos humanos, y para mayor informes le pueden preguntar a Rigoberta Menchú.

El gobierno de Vicente Fox votó a favor de esa manoseada propuesta y al hacerlo no se beneficia. Como representante de la derecha mexicana estuvo en Ginebra Mariclaire Acosta, antes admirable luchadora por la democracia y los derechos humanos y ahora, para desgracia de su imagen, aunque no de su bolsillo, cómplice de una política exterior vergonzosa, ajena por completo a las tradiciones que dieron a México un sitio en la conciencia internacional. Como sobre el particular algo le preguntara la corresponsal de un periódico capitalino, para más señas La Jornada, la culta Mariclaire llamó a ese tabloide "pinchurriento" y amenazó con demandar a la reportera por andar cumpliendo con el deber de informar, de donde se deduce que la demócrata de otrora se ha trocado en partidaria de la mordaza a la prensa.

Como que sabe bien de qué se trata, el voto anticubano ha puesto muy nervioso al gobierno mexicano. Según la versión presidencial, seguramente tomada de las Obras completas de Cantinflas,la condena no es una condena sino todo lo contrario y hasta copeteado, pues de acuerdo con Fox el voto mexicano incluye una condena al bloqueo estadounidense contra Cuba, lo que no es cierto, pues no está en esos términos la resolución votada, como lo sabe cualquier lector de periódicos.

Pillado con el ojo en la cerradura del vecino, el gobierno mexicano, decíamos, se puso muy nervioso, pues por mucha que sea su caradura finalmente está obligado a mostrar que sus actitudes algo tienen de racional. De ahí que en estos días hayamos contado con una Cancillería bicéfala, pues en un programa de televisión circulaba a cuadro Jorge G. Castañeda y en otro era Santiago Creel quien le buscaba...

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