Humberto Musacchio / Carne de perro

AutorHumberto Musacchio

La relación entre el poder y la prensa del viejo régimen ha muerto y, caso curioso, también han ido pereciendo los deudos. El más reciente deceso ocurrió el lunes de la semana pasada, cuando los cooperativistas de Excélsior resolvieron vender la empresa y el cabezal del matutino al Grupo Imagen, que a su vez pertenece al Grupo Empresarial Ángeles, de Olegario Vázquez Raña, quien erogará 585 millones de pesos para saldar los pasivos y hasta 90 millones de dólares en una empresa que, según el semanario Proceso, insospechable de simpatizar con el cadáver, tiene con la Secretaría de Hacienda una deuda de 2 mil 500 millones de pesos.

Hay un pequeño sector inconforme que recurrirá a los tribunales, pero lo cierto es que con asistencia de tres cuartas partes de los socios y 98.8 por ciento de los votos, la asamblea de la Cooperativa Excélsior se disolvió y aceptó que el pago de salarios caídos fuera acompañado de la renuncia de cada trabajador o de su finiquito, en la inteligencia de que sólo una tercera parte del personal podrá ser recontratada.

El periódico fundado por el empresario Rafael Alducin en 1917 y transformado en cooperativa en 1932, entró en una larga agonía en 1976, cuando un grupo apoyado por el ex presidente Luis Echeverría echó del diario a Julio Scherer García, su director, y al más brillante equipo de reporteros, editores y colaboradores en la historia de la prensa mexicana. El cabecilla de aquella operación, Regino Díaz Redondo, fue a su vez expulsado de la cooperativa en 2000 y le sucedieron diversos periodistas poco conocidos y sin interlocución con los factores de poder, lo que es indispensable por la función eminentemente política que cumplen los medios de información general.

Por lo pronto, el excelente reportero Daniel Moreno asumió la dirección editorial, pues urge poner sobre sus pies ese periódico que todavía cuenta con 12 mil 500 suscriptores, una lista que ya quisiera la mayoría de los rotativos capitalinos. No será fácil echarlo a andar, pues en el periodismo es más fácil tener un hijo que revivir un muerto. Pero energía y talento le sobra al nuevo director, quien tiene la promesa de los dueños de que Excélsior seguirá siendo un diario plural, con pleno respeto a la libertad de expresión y al profesionalismo de quienes sean sus trabajadores y colaboradores, lo que, de concretarse, disipará las suspicacias que levanta esta operación realizada en plena temporada electoral y cuando está cercano el fin del sexenio.

La...

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