Ideal para sibaritas

AutorAnaline Cedillo

Fotos: Iván Serna

ENVIADOS

WINTER PARK, Florida.- Basta recorrer media hora en auto desde los parques temáticos de Orlando para encontrar, literalmente, otra ciudad.

Winter Park, con sus coquetas fachadas de ladrillo, sus árboles frondosos y atmósfera apacible regala una vacación dentro de la vacación: es el destino perfecto para relajarse y consentir al foodie que se lleva dentro.

Situada al norte de Orlando, en el condado de Orange, esta ciudad fue desarrollada a finales del siglo 19 como un resort de invierno para las personas adineradas del norte del país, quienes buscaban alejarse del frío y pasar una temporada de descanso.

Actualmente, en Winter Park habitan unas 28 mil 500 personas, de acuerdo con cifras del gobierno, y la belleza del proyecto original ha sobrevivido al paso del tiempo.

"Es más tranquilo que las áreas turísticas, no es tan comercial", opina Nancy Scheid, gerente de la tienda Ten Thousand Villages of Orlando, donde se venden artículos artesanales provenientes de países asiáticos, africanos y sudamericanos.

En el corazón de la comunidad está el jardín conocido como Central Park, donde las caminatas transcurren a la sombra de los árboles y las bancas invitan a sentarse con un cono de helado en mano (en Peterbrooke Chocolatier venden unos exquisitos y también palomitas cubiertas con chocolate). Aquí está la estación de trenes Amtrak, cuya red se extiende por todo Estados Unidos, y la de los trenes locales SunRail, cuyo servicio comenzó en 2014 y actualmente conecta los condados Volusia y Orange, con el Downtown de Orlando.

Alrededor del parque hay varias alternativas para armar un itinerario de un día completo: restaurantes donde los platos privilegian los ingredientes locales (como Boca Kitchen Bar & Market), tiendas con prendas y objetos muy singulares y hasta museos.

A decir de Gabriella Marin, publirrelacionista que habita en Orlando, Winter Park es uno de esos rincones de la metrópoli donde los residentes salen a pasear en un plan sofisticado, pero no por ello pretencioso. En ese ánimo, uno de los sitios que se ha convertido en un clásico es The Wine Room, una mezcla de bar, restaurante, tienda y enoteca donde hay una selección de 156 vinos diferentes, disponibles para beber por copeo gracias a una serie de máquinas dispensadoras de tecnología italiana.

Para usarlas se compra una tarjeta cuyo saldo se puede recargar. Incluso se pueden beber champañas. Nadie abre estas exclusivas botellas para que tomes sólo una...

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