IDEAS CON VALOR / México necesita más Yucatán
| Autor | Alejandro Legorreta |
"El mal entra a brazadas y sale a pulgadas"
-Proverbio maya
Todo parece indicar que 2016 pasará a la historia como el año más violento en lo que va del presente sexenio. Según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en 2016 se registraron casi 23 mil homicidios, cifra que seguramente rondará los 25 mil una vez que se conozca la estimación más precisa que realiza el Inegi.
Desde cualquier perspectiva, esta alarmante cifra debería llamar a la acción al gobierno y a todos los mexicanos. En momentos de enorme incertidumbre económica, lo último que necesitamos es un nuevo repunte en la violencia.
No obstante, no todo son malas noticias. Entre una larga lista de casos que ponen los pelos de punta (como Colima -que pasó de 227 homicidios en 2015 a 607 en 2016- y Veracruz -que registró un incremento de 147 por ciento durante el mismo periodo-), destaca Yucatán, un oasis de paz y tranquilidad que apenas registró 50 homicidios dolosos en 2016 y que de manera sistemática ha mantenido una bajísima tasa de homicidios en términos absolutos y relativos.
Si bien, Yucatán no es un caso aislado -lo acompañan Aguascalientes, Tlaxcala y Campeche, con 42, 84 y 91 homicidios en 2016, respectivamente-, al comparar su tasa con las de otros estados, veremos que Yucatán es el único que desde hace décadas registra 2 o 3 homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes, un dato envidiable en casi cualquier rincón de la república.
Para darnos una mejor idea, la tasa de homicidios dolosos yucateca es siete veces menor a la nacional, es similar a la de países europeos como Bélgica, Holanda y Finlandia y es más baja que la de compañeros del hemisferio como Chile, Cuba y Estados Unidos. Por si fuera poco, en la más reciente Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana realizada por el Inegi, Mérida sobresale como la ciudad con la menor percepción de inseguridad a nivel nacional, con 34 por ciento, y en el Índice de Paz México 2016, Yucatán destaca como el segundo estado más pacífico sólo detrás de Hidalgo.
Todo lo anterior nos obliga a preguntarnos por qué en Yucatán se respira paz y tranquilidad mientras en otros estados se viven tiempos de enorme violencia. ¿Qué se está haciendo bien en Yucatán que no se está haciendo en otros lados? ¿Estamos ante una anomalía o ante un caso de éxito que merece estudio y análisis? ¿Qué podemos aprender de Yucatán?
Para empezar a responder estas importantes preguntas, les comparto cuatro hipótesis...
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