La ilusión viaja en guagua

AutorRoberto Zamarripa

LA HABANA.- La biblioteca de la Embajada mexicana quedó sembrada de zapatos viejos. Un destacamento especial de la Policía cubana entró de madrugada y tomó dormidos a los 21 ocupantes del inmueble para sacarlos a pie o en vilo rumbo a unos autobuses que los condujeron con rumbo desconocido.

Sólo uno de los ocupantes quiso burlar el cerco. Era el menos dormido. Retó a la Policía y brincó por una ventana, pero cayó en manos de otros agentes que aguardaban en la planta baja de la sede mexicana.

Un frutero de 35 años, con estudios de técnico en electrónica, avecindado en el barrio de Liza, de nombre Pedro Plascencia, fue el que llevó a la veintena de muchachos a ese callejón sin retorno. Desertor en 1985 del servicio militar, razón por la que no tiene un buen empleo y por eso vende frutas...

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