Imágenes del submundo

AutorRafael Aviña

Los años 70 trajeron como consecuencia una suerte de cine negro contemporáneo en donde la moral ha dejado de tener significado y el crimen y el poder se identifican en una urbe violenta y enrarecida. El antihéroe de Cadena perpetua (Arturo Ripstein, 1978), basada también en un relato de Luis Spota, es presionado por una sociedad hostil y corrupta en un filme que retoma elementos del thriller negro y del cine prostibulario, protagonizada por Pedro Armendáriz hijo como El Tarzán. Armendáriz se convertiría en figura central de ese renovado cine policiaco con El complot mongol (Antonio Eceiza, 1977), sobre la novela de Rafael Bernal, y, a su vez, interpretando al afamado protagonista de las novelas policiacas de Paco Ignacio Taibo II adaptadas al cine. Armendáriz daría vida a Héctor Belascoarán Shayne, detective mexicano, una suerte de ángel vengador defeño y héroe de Días de combate y Cosa fácil, dirigidas por el eficaz cineasta Alfredo Gurrola, responsable asimismo de una desquiciada parodia hiperviolenta del género titulada Llámenme Mike -todas de 1979-, con Alejandro Parodi como el demencial protagonista.

En Días de combate, Belascoarán Shayne sigue los pasos de un refinado estrangulador y asesino en serie de mujeres que firma sus crímenes con el sobrenombre de "Cerevro", ello le lleva no sólo a concursar en el Gran Premio de los 64 mil pesos con el tema de "Grandes estranguladores", sino a enfrentar sus propios temores. En Cosa fácil, el protagonista investiga en paralelo tres casos: el asesinato de un ingeniero y su ligazón con el ambiente gay, el supuesto suicidio de una jovencita y la extraña búsqueda de un célebre muerto que aparentemente seguiría vivo: Emiliano Zapata, en un filme con iguales dosis de suspenso e ironía, en la que el propio Gurrola hace un cameo como un pervertido camarógrafo oculto. No obstante, la que sigue siendo a la distancia una cinta imprescindible del género y un clásico contemporáneo de nuestro cine es Llámenme Mike, en la que su realizador combinó la acción y la farsa con resultados más que eficaces, en un filme de una enorme actualidad que se niega a envejecer.

Al igual que el personaje de Cadena perpetua -otra obra insólita-, Miguel es un delincuente con chapa de un aparato represivo y violento que actúa con la mayor impunidad, sólo que a diferencia de la seriedad trágica que impone Ripstein en su extraordinaria disección de los bajos fondos de nuestro país, Gurrola, junto con sus guionistas, Jorge Patiño y...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR