Impera violencia contra cubanas

AutorYolanda Martínez

REFORMA/Cuba

LA HABANA.- Cuando Yamilé Blanco salía de noche con sus amigas, se cambiaba de ropa en casa de una de ellas porque su padrastro, militar de profesión acostumbrado a dar órdenes y ser obedecido, no admitía que las mujeres de su familia cuestionaran sus criterios y les tenía prohibido que usaran minifalda y que se relacionaran con personas de otros países.

Enfrentarse a sus criterios provocaba en él una ira descontrolada que empezaba con fuertes insultos y terminaba a golpes incluso contra su esposa, mamá de Yamilé, las veces que ella se atrevía a intervenir.

"Nos golpeaba a las dos no sólo por la forma de vestir sino por muchas otras cosas que le irritaban. Contradecirle era fatal".

Una noche salió a buscarme a la discoteca, me agarró de los pelos y me arrastro hasta la casa insultándome a gritos con muy malas palabras. Fue la primera vez que yo le insulté a él e intenté escaparme, pero entonces fue peor porque me empujó contra la ventana de mi cuarto, me amenazó con tirarme, y me golpeó durísimo en la cara y en la cabeza. Si no interviene mi mamá, me mata", recuerda Yamilé.

Según cuenta esta joven habanera, los vecinos de la cuadra salieron a ver qué pasaba, y le gritaban al hombre que se tranquilizara, pero ninguno intervino para evitar la golpiza.

"Alguien llamó a la policía. Pero cuando llegó una patrulla, mi mamá y yo ya estábamos en la cama. Sólo mi padrastro habló con ellos y no pasó nada".

La situación acabó en divorcio después de tres años de infierno. Desde hace cinco meses, Yamilé vive con su madre en un pequeño apartamento del barrio capitalino del Vedado y las dos reciben terapia de ayuda psicológica.

Nadie cambia por decreto

En Cuba se ha avanzado en el control y la prevención de estos problemas que sin duda trascienden el ámbito puramente familiar, pero 40 años de igualdad jurídica de género no han bastado para acabar con la violencia contra la mujer.

Casos como el de Yamilé y su madre, se repiten casi a diario en todo el país, aunque es difícil encontrar información porque es una realidad que las propias afectadas esconden.

"Pero el hecho mismo de que en Cuba no constituya un problema de Salud Pública, habla por sí solo de los avances logrados a través del trabajo comunitario con instituciones como la Federación de Mujeres Cubanas, los médicos y médicas de la familia y a otras entidades especializadas en atender la calidad de vida de las mujeres y de los niños," explica Ileana Artiles, Máster en Sexualidad y...

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