Improvisación musical: Otra forma de escuchar

AutorJesús Pacheco

La libre improvisación musical puede enseñarse?", se le pregunta a Wade Matthews (Francia, 1955), compositor, improvisador y escritor que no sólo ha escrito un libro sobre el tema, sino que además suele dar talleres en los lugares a donde acude para dar algún concierto o para presentar sus libros.

"Se puede aprender", responde contundente. "Cuando hablamos de enseñar improvisación libre, la mayoría de la gente piensa que voy a enseñar improvisación, pero también voy a enseñar libertad, y esto es fundamental, porque muchas veces no estás enseñándole a alguien a improvisar, le estás impulsando para que él se conceda la necesaria libertad para improvisar".

Desde su perspectiva, improvisar es ser uno mismo, es partir de ahí para reaccionar con el entorno.

"Entonces, atreverse a ser uno mismo no es poco; a veces mis talleres tienen más de esto que de cuestiones puramente técnicas".

Matthews confiesa que, cuando conoció el concepto de improvisación, de la mano de sus acercamientos al jazz, lo sedujo su inmediatez, la sensación de estar realmente vivo y estar ahí, presente, en ese momento.

Si uno va al diccionario a buscar la definición de "improvisar" o "improvisación" se encuentra con acepciones negativas. "Improvisar" es "hacer algo de pronto, sin estudio ni preparación". Sin embargo, quienes están familiarizados con el jazz, por ejemplo, saben que se trata de un ejercicio de libertad de ejecución o composición en tiempo real que parte del dominio de un instrumento y de un lenguaje musical.

Pero de dónde proviene esa actitud reacia a incorporar una definición en los diccionarios relacionada con los terrenos estrictamente musicales.

"Hay personas dentro del mundo de la academia musical que entienden la libre improvisación como una especie de refugio de los diletantes, de los que no dan para otra cosa", explica Matthews.

"Luego están los que temen la improvisación, porque se consideran incapaces de hacerlo. Para mí, hay una realidad aquí que encierra una desconexión de la enseñanza académica de la música con las necesidades de sus propios alumnos".

"Te cito un ejemplo: imagina que eres pianista y te sale trabajo acompañando a un violinista, él propone interpretar en concierto una serie de piezas para violín y piano en la que tú juegas el papel de acompañante. Sales a escenario habiendo ya cuidadosamente ensayado la obra, y el hombre empieza a tocar. En un momento dado, pasa una de tres cosas: tiene un lapsus y no se acuerda de lo que tiene que tocar, entra donde no tendría que entrar o no entra donde tendría que entrar.

"En cualquiera de esos tres momentos, tú como acompañante tienes la responsabilidad de corregir el problema y, además, de una forma que no se note. Y si no lo consigues, serás tú el que va a terminar en la calle, no el violinista. Entonces, improvisar es una habilidad que necesita un músico de formación clásica, y que no le van a enseñar".

¿De qué manera puede enseñarse la improvisación?

Hay muchos tipos de improvisación. Hay algunos profundamente arraigados en una u otra tradición, en cuyo caso lo que hay que aprender es la tradición, porque la improvisación es parte de ella. Hay mucha improvisación en el flamenco. ¿Se puede enseñar a alguien a improvisar flamenco? Para hacerlo bien, no se trata de aprender a improvisar flamenco...

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