Impulsa el Pontífice relaciones con China

AutorEsteban Israel

REFORMA/ Italia

CIUDAD DEL VATICANO - Benedicto XVI trabaja silenciosamente por la reconciliación con China, un objetivo por el que estaría dispuesto a sacrificar 50 años de relaciones con Taiwán.

El vínculo con China, un país acusado de hacer desaparecer católicos igual que hicieron las dictaduras latinoamericanas de los años 70 con sus oponentes políticos, es una de las asignaturas pendientes que Benedicto XVI heredó de Juan Pablo II.

El diálogo se desarrolla en dos niveles. En la superficie mediante gestos como la reciente apertura del Papa a los países que no tienen relaciones diplomáticas con el Vaticano. Y -más importante todavía- tejiendo por debajo una relación informal con Beijing que podría sanar la fractura de medio siglo.

"Las cosas están avanzando", dijo a REFORMA una fuente religiosa cercana a las negociaciones.

No se trata de negociaciones oficiales. El Vaticano, es indirectamente representado por el movimiento católico Comunidad de Sant'Egidio y China, por intelectuales de la Academia Nacional de Ciencias Sociales.

Las fuentes aseguran, sin embargo, que el Papa está al corriente y Beijing también. Se rumora incluso que el mismo Benedicto XVI, cuando era prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, participó en alguno de los encuentros.

Según el Obispo de Hong Kong, Joseph Zen, el Vaticano estaría dispuesto a ceder a una de las principales exigencias chinas.

"La Santa Sede ha estado pensando en renunciar a su relación con Taiwán (...) Es una decisión difícil, pero han decidido hacerlo", dijo.

Benedicto XVI sabe que si no restablece las relaciones diplomáticas con China, interrumpidas en 1951, no podrá defender los derechos de los 12 millones de católicos del país.

El Papa exige a cambio mayor libertad religiosa y el derecho de nombrar a los obispos.

Apertura del Papa

En su primer discurso al cuerpo diplomático, Benedicto XVI invitó en mayo a los países que no tienen relaciones diplomáticas con la Santa Sede a no perder tiempo y acercarse. Todos creyeron adivinar que estaba hablándole a Beijing.

"Apenas dos semanas después, el bajo perfil de la delegación de Taiwán presente en la misa inaugural de Benedicto XVI demuestra que, evidentemente, el Vaticano quiso enviar un mensaje a...

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