Impulsan el auto

AutorAdán Tamariz

Algunas de las principales universidades privadas de la Ciudad de México han aumentado sus estacionamientos, pero redujeron o mantienen igual su transporte escolar.

Esto, en opinión de Manuel Suárez, director del Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), incentiva el uso del automóvil en momentos en los que se busca limitarlo debido a la mala calidad del aire en la Ciudad.

A los 3 mil 200 cajones que tenía la Universidad Anáhuac México Norte en 2014 se le sumó un edificio con 17 pisos con capacidad para otros 710 vehículos. La Universidad Iberoamericana, mientras tanto, ha llegado a utilizar un estacionamiento alterno debido a la alta demanda.

En el sur, la Anáhuac tiene previsto duplicar los cajones de estacionamiento con el fin de que en 2017 cuente con mil 800 el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) creó casi 400 lugares nuevos, y el Tecnológico de Monterrey campus Ciudad de México, 190 cajones adicionales.

Asimismo, la Universidad La Salle cuenta desde 2014 con 140 lugares más.

"Cuando tienes actores privados, como centros comerciales, universidades u oficinas que brindan estacionamiento a sus clientes, estudiantes o trabajadores, lo que hacen es inducir mayor tráfico vehicular, y eso tiene una repercusión en toda la Ciudad", considera Suárez.

Todas esas universidades ofrecen transporte escolar; sin embargo, directivos de algunas de ellas reconocen que no tiene suficiente popularidad entre el alumnado.

Para el presente semestre, por ejemplo, la Ibero eliminó una de las 11 rutas de su transporte escolar y algunos viajes debido a la baja demanda.

Por otro lado, desde el año pasado se pidió a 300 trabajadores estacionarse fuera de las instalaciones de la universidad para dar más espacio al alumnado.

"A las 12:00 del día hemos llegado a ver que el estacionamiento se llena, después se reparte. Hace un año tuvimos estacionamiento alterno. Se les daba un boleto a los alumnos y se estacionaban allá. A los alumnos les cobrábamos lo mismo (en el estacionamiento alterno), aunque en realidad costara más", comenta Danae González, jefa de concesiones de la Ibero.

La universidad ha tratado de incentivar el uso del transporte con un precio que resulte más accesible que los costos que implica un automóvil; sin embargo, no han tenido el éxito esperado.

"Tú puedes hacer mil estrategias y bajar el precio de Iberobus y subir el del estacionamiento, pero te aseguro que aunque lo subiéramos a 200 pesos, lo seguirán pagando", asevera González.

Una situación similar se vive en la Universidad Anáhuac México Sur, la cual, con más de 30 años existencia, apenas estrenó su servicio de transporte el año pasado con tres rutas: World Trade Center, Mixcoac y la Glorieta de Vaqueritos.

"La verdad es que lo hemos intentado (impulsar el uso del transporte escolar), pero los alumnos no muestran una respuesta positiva... como nuestro alumnado pertenece a cierto sector socioeconómico, en realidad no lo necesitan", dice Óscar Velasco, vicerrector de Formación Integral de la universidad.

"Los jóvenes no lo ven. Es la edad en la que empiezas a manejar, la edad en la que quieres sentirte libre y pasarla con tus amigos. Tener el auto es parte de esta...

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