Impulsan a niños de bajos recursos

AutorOmar García

A la par del incremento poblacional en México, cada vez más niños nacen rodeados de una pobreza y violencia que parecen destinarlos a la calle; pero por más de medio siglo la Fundación Permanente de Asistencia Privada Dr. José María Alvarez ha contribuido a que eso no suceda.

Establecida en 1951 en el sur de la capital, la fundación trabaja actualmente en dos sentidos con niños de bajos recursos y problemas familiares: mantiene una escuela mixta con estudios de preescolar, primaria y secundaria, y un internado para varones de entre 3 y 18 años de edad.

En el internado atienden 120 chicos, quienes asisten junto con otros 500 niños y niñas -que van y vienen de sus casas- a la escuela de la fundación, cuyos programas de estudio están reconocidos por la SEP.

Durante 52 años la institución ha ofrecido educación a 25 mil niños, también han apoyado a jóvenes de bajos recursos a cursar la preparatoria y universidad, y a 5 mil 500 en el internado, al que denominan "comunidad personalista".

Las instalaciones cuentan con salones, áreas de vivienda y recreativas como un cancha de futbol y una alberca, espacios de atención médica, psicológica y pedagógica, además de que aplica programas de becas escolares y cobra bajas cuotas de inscripción -entre 20 y 150 pesos-.

"Comenzamos como escuela primaria y a lo largo de los años se creó la secundaria. El internado tendrá como 21 años", explica María de la Nieves Rión del Olmo, directora general de la fundación.

Incluso el crecimiento los ha orillado a admitir en la institución a niños con deficiencia mental leve o problemas del lenguaje; a los casos de drogadicción los canalizan a otras instancias de la Junta de Asistencia Privada del Distrito Federal, de la que depende la organización.

Modelo diferente

El modelo de internado que aplica la organización se creó después de revisar cómo funcionan otros espacios similares, pues quisieron conformar un programa diferente al común para fomentar un ambiente familiar entre los pequeños, explica la directora.

"Trabajamos por módulos, 'casitas' se les llama. En cada una ubicamos a 10 chicos con una persona que está al frente de ellos las 24 horas, a la que denominamos guía. La tendencia es reproducir un ambiente familiar, muchos de los niños carecen de ese modelo", dice.

Cada una de las casas cuenta con cocina, recámaras, una sala, así como todos los utensilios necesarios para la vida cotidiana. No admiten más de 120 niños porque lo más importante es conseguir la calidad...

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