Indaga Loriga en la memoria
| Autor | Israel Sánchez |
Dos chicos, una chica, un chalet madrileño y el tiro de una escopeta la noche de un sábado. Y 25 años después, un domingo, los pormenores de una culpa que escapa de su sepulcro memorioso para infundir tormento.
En Sábado, domingo (Alfaguara), su más reciente novela, Ray Loriga (Madrid, 1967) narra la historia de un hombre que trata de conseguir certeza sobre un doloroso recuerdo difuso e incompleto, con la intención de explorar el papel que juega la memoria en la construcción y evolución de la personalidad de los individuos.
"Es una historia contada por dos voces que son la misma persona, pero ya no lo son", describe en entrevista el autor galardonado con el Premio Alfaguara de Novela en 2017.
"Es una manera de hablar de cómo no sólo nos cambia el paso del tiempo, que es evidente, sino cómo cambian nuestros recuerdos, cómo construimos la memoria, en qué peldaños nos vamos subiendo para seguir viviendo, y cómo esos mismos escalones se van diluyendo conforme pasa el tiempo".
En la obra, Loriga nos presenta a Federico, un joven español narcoléptico, autocompasivo, paranoico, un tanto psicótico y que parece sabotearse a sí mismo a cada paso, con la maldición de no poder dejar de darle demasiadas vueltas a las cosas, y que en todo momento es para sí mismo juez, jurado, fiscal, abogado defensor y acusado.
Junto con Chino, el arquetipo de amigo de carácter detestable y seductor a la vez, galán cuyo carisma raya en la patanería y que está acostumbrado a dar órdenes y ser seguido, Federico vive un inusual sábado en el que conocen a una hermosa mesera venezolana. Los hechos que acompañan el devenir de la noche siembran en él la duda de si ha cometido un delito ético.
Idea de la que trata de huir desde el primer momento, pero que, como si de una broma cruel o un destino trágico se tratase, lo termina alcanzando 25 años más tarde, en un punto de "eterno malestar y profunda desazón".
"Todo el mundo tiene un recuerdo oscuro, una medusa tenebrosa que, en perfecta simetría, mancha el futuro de su existencia", escribe Loriga en su libro, cuya trama se vale del misterio y el suspenso.
"Por ese camino se va hablando también de lo inconsistente de la formulación de la memoria, y, por ende, de la formulación de la personalidad. Es decir, uno cree que está construido con partes que recuerda bien, pero luego las mira hacia atrás y se va dando cuenta de que esas...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba