Indagan historia de anteojos

REFORMA/Redacción

Los populares anteojos fueron durante los siglos 17 y 18 un lujo de virreyes, obispos y clases altas de la Nueva España, además de un impulso para la astronomía y el desarrollo del vidrio. Personalidades como Carlos de Sigüenza y Góngora y el virrey Luis de Velasco fueron favorecidos con este nuevo instrumento para agudizar la vista.

Esto explicó José Roberto Peralta, de la Escuela Superior de Medicina del Instituto Politécnico Nacional, durante su participación en el Octavo Congreso Internacional Salud-Enfermedad de la Prehistoria al Siglo 21, que realiza esta semana el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en un esfuerzo por compilar información sobre los padecimientos que se han perpetuado entre la población mexicana.

Heredados de Italia y España, los primeros anteojos llegaron en la Nao de la China y evidenciaron enfermedades como el astigmatismo y la miopía, desconocidas hasta el siglo 18. La producción de los armazones se desarrolló como una artesanía basada en carey, concha, madera y oro; mientras que el pulido de vidrio impulsó una industria local que se amplió a lupas para asistir la vista cansada y catalejos para estudiar las estrellas.

En la Colonia, las prácticas médicas y la asistencia hospitalaria estuvieron ligadas a la clase alta y al clero religioso, documentaron Alicia Bazarte, del Instituto Politécnico Nacional, y David López, de la UNAM, quienes criticaron prácticas frecuentes como las sangrías y las precarias cirugías realizadas por barberos que, luego de algunos años...

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