Los ingredientes de la Ultima Cena

AutorBeatriz Iacoviello

La festividad de la Pascua de Resurrección está relacionada con muchas tradiciones precristianas y del pueblo hebreo. En el mundo pagano, eran frecuentes las celebraciones durante el día del equinoccio de primavera, algunas de cuyas prácticas se mantienen hoy sin que se sepa bien por qué, entre ellas el intercambio de huevos de Pascua, de chocolate o decorados con motivos populares, que originalmente eran pintados con brillantes colores para representar el sol de la primavera.

En la antigua Grecia se conmemoraba el regreso de Perséfone, hija de Démeter, diosa de la tierra, de las profundidades del Hades o Infierno a la superficie terrestre. Simbolizaba la resurrección de la vida luego de haber fenecido en la desolación del invierno.

Otros pueblos del antiguo Oriente comparten leyendas parecidas. Los frigios creían que su omnipotente deidad dormía durante el periodo glacial; y, en primavera, ejecutaban ceremonias de música, canto y danza, para despertarla.

Los aztecas festejaban la primavera en honor de la diosa Xochiquetzalli, durante la misma, según Fray Diego Durán: "Descendían unos muchachos vestidos algunos como pájaros, otros como mariposas, muy bien aderezados, de plumas muy ricas, verdes y azules".

La fiesta cristiana de Pascua ha incorporado ciertos matices de lo anteriormente mencionado, pero su conexión fundamental se entronca con Pésaj, la Pascua Judía.

Los primeros cristianos, en su mayoría de origen judío, eran educados en la tradición hebrea y consideraban que la Pascua de Resurrección era una conmemoración para festejar la llegada del Mesías como había sido anunciada por los profetas.

Constantino I, en el Concilio de Nicea (325 D.C.), decidió cambiar la fecha en el calendario de la Pascua de Resurrección y trató de alejarla de la judía, para ello pidió que se calculara en Alejandría, principal centro astronómico del mundo antiguo. Sin embargo, la determinación exacta de la fecha resultó una labor imposible por los limitados conocimientos de los religiosos del siglo cuarto. El principal problema radicaba en la diferencia de días, llamada epacta, entre el año solar y el año lunar, aunque la mayor complicación la generó la disparidad entre el verdadero año astronómico y el calendario juliano entonces en uso.

En el año 1582, el Papa Gregorio XIII modificó el calendario anterior, y se adoptó el llamado gregoriano, que eliminaba muchas de las dificultades en la fijación de la fiesta de Pascua de Resurrección y en la ordenación de...

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