Con instinto de historiador

AutorSergio R. Blanco

La Historia, entendida con letras mayúsculas como ese devenir vital en el que palpitan las sociedades, es registrada a lo largo de las novelas de Carlos Fuentes como una revelación. La ficción y la realidad se engarzan tan estrechamente a lo largo de los párrafos de algunas de sus novelas, que a veces el lector siente que los personajes literarios se asoman al tiempo.

Pero ¿cuál es la impresión que tiene de la literatura de Fuentes un historiador como el también octogenario Friedrich Katz, cuyo nombre bautiza el Programa de Estudios Mexicanos de la Universidad de Chicago?

"Carlos Fuentes tiene un instinto de historiador", responde sin titubeos el profesor emérito de la cátedra Morton D. Hull de esta casa de estudios estadounidense, en entrevista telefónica desde Chicago.

Especialista en la Revolución y autor, entre otros, del libro Pancho Villa (Era, 1998), Katz considera que, en novelas como Gringo viejo o La muerte de Artemio Cruz, Fuentes puede ser analizado como un hacedor de historia.

Katz pone como ejemplo uno de los grandes retos que él enfrentó cuando estudió el villismo: rastrear la verdadera identidad de sus protagonistas, quienes injustamente habían sido tachados de marginados y vaqueros durante décadas de hipótesis maniqueas. Tras años de estudio, el historiador austriaco (Viena, 1927) llegó a la conclusión de que la base de los villistas fue un grupo de antiguos colonos militares que la corona española instaló para luchar contra los indios nómadas del norte, dándoles tierras y plenos derechos ciudadanos; pero cuando terminó la guerra apache y sus propiedades tuvieron valor, Porfirio Díaz decidió arrebatárselas.

"Esto era muy poco conocido y me pareció muy interesante, muy nuevo. Más tarde, viendo la obra de Carlos Fuentes Gringo viejo, descubrí que todo lo que yo había descubierto después de no sé cuántos trabajos de archivo, él lo dijo en un párrafo", reconoce Katz.

El historiador aclara la garganta para leer en alto una referencia situada en la página 35 del volumen de Fuentes, un pasaje donde uno de los generales villistas, Arroyo, describe la historia del norte: "Huir de los españoles, huir de los indios, huir de la encomienda (...), los más recios, los más honorables, los más humildes y orgullosos a la vez, vencidos también por el destino del mal: esclavos y cuatreros, nunca hombres libres salvo cuando eran rebeldes".

Para Katz, este párrafo prácticamente aglutina toda la historia de los norteños, desde su semiesclavitud...

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