'Tenían instrucciones de golpear sin piedad'

AutorVerónica Sánchez

Ciudadanos que fueron golpeados por un grupo de "porros" presuntamente pagados por el Ayuntamiento de Mérida, mientras se manifestaban el 4 de julio pasado en contra de la construcción de un paso a desnivel en esa ciudad, exigieron ayer en la Ciudad de México castigo a los responsables intelectuales y materiales de las agresiones.

Patricia McCarthy, activista del Frente Cívico Familiar, afirmó que no basta con el cese de uno de los funcionarios del Gobierno Municipal, sino que se requiere la detención de las autoridades que los enviaron.

Y es que el lunes pasado las autoridades del Gobierno de Mérida formalizaron la baja de Carlos Herrera Chalé, secretario de Acción Juvenil de la CTM-Yucatán, quien laboraba desde hace 14 años en la paramunicipal Abastos de Mérida, y quien fue identificado como uno de los líderes de la golpiza.

"Este personaje 'Calín' (Carlos Herrera) ya fue removido del cargo ayer (lunes), dada la evidencia de su intervención en los hechos. Desde luego que esto no es suficiente, no esperamos que nada más corran a los que ocupan un puesto público, esperamos que haya una verdadera justicia, que se les encarcele y que, quienes les pagaron, también sean llevados a juicio", reclamó en entrevista.

Informó que hasta el momento han sido presentadas 15 denuncias penales ante las autoridades judiciales, así como un número similar de quejas ante la Comisión Estatal de los Derechos Humanos.

Hoy, añadió, acudirán a la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU en el DF para exponerle los hechos, en los que resultaron al menos 30 lesionados, de los cuales 15 llegaron hasta el hospital.

David Sosa, integrante del Colegio Yucateco de Arquitectos, recordó que a las 14:00 horas de ese lunes un "pelotón" conformado por unos 40 hombres armados con palos y tubos arribó a la zona de la obra en Prolongación Paseo de Montejo, al grito de: "¡Ivonne, Ivonne!".

Tras intercambios verbales con los manifestantes, marcharon hacia ellos y comenzaron a agredirlos físicamente.

"Fue una violencia indescriptible, eran criminales, salvajes, tenían instrucciones precisas de golpear sin piedad, sin respetar a nadie", denunció el arquitecto, quien fue golpeado al impedir que uno de los agresores lastimara con una macana a otro de los manifestantes.

Pablo Rivas, quien trabaja en el sector de la construcción, comentó que durante la protesta algunos de los golpeadores justificaron su actuar al decir que "hacían su trabajo y tenían que llevar comida a...

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