Intolerancia: Del sueño a la pesadilla

AutorShulamit Goldsmit Brindis

En los primeros días de este mes se llevó a cabo en la Ciudad de México un seminario de expertos organizado por el Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe. El objetivo de esta reunión fue adoptar las recomendaciones necesarias para el cumplimiento de los acuerdos tomados en la polémica Cumbre sobre Racismo, Xenofobia, Discriminación e Intolerancia efectuada en el otoño del año pasado en Durban, Sudáfrica.

A pesar de los objetivos trazados, Durban resultó un festín del lenguaje del odio. Los antecedentes preparatorios de la conferencia anticipaban este resultado; reuniones en Estrasburgo, Ginebra, Varsovia y principalmente en Teherán, prepararon el terreno para lo que finalmente aconteció: un foro abocado a erradicar la intolerancia y los males que de ella derivan, planeado para dar cabida a los múltiples argumentos y reclamos de indígenas de Latinoamérica, de minusválidos, de mujeres, de esclavos en Mauritania, Sudán y regiones que aún padecen ese flagelo, se vio rebasado y convertido en una plataforma unilateral contra el Estado de Israel y los judíos del mundo.

Como muestra del carácter antijudío que permeó la reunión de Durban se concretó un borrador cargado de antisemitismo genocida en el cual se propone a) considerar al Estado de Israel como el último bastión del Apartheid; b) condenar a ciudadanos israelíes como criminales contra la humanidad para ser juzgados en el tribunal penal internacional; c) cancelar la ley del retorno a Israel; d) adoptar la ley de retorno a Palestina; e) llevar a cabo un boicot total por parte de importantes empresas trasnacionales en contra de Israel (al estilo del boicot Sullivan contra el Apartheid); f) establecer un embargo turístico, deportivo, académico, cultural, militar y de comunicaciones. Esta declaración insta a gobiernos a romper relaciones diplomáticas con el Estado de Israel, a la vez que mantener un ostracismo contra países que rechacen esta moción.

A pesar de no haber sido más que una propuesta, esta cultura del odio ha tenido ya diversas consecuencias negativas; el prejuicio en los medios de comunicación se evidencia a través de la parcialidad con que se presentan los hechos que ocurren en el Medio Oriente; intelectuales lanzan declaraciones irracionales contra el pueblo judío en general, se cancelan proyectos de cooperación inter-universitaria, intercambios culturales, encuentros deportivos y convenios de...

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