Frontera Invisible / Bitácora de viaje: Nostalgia de Praga

AutorSergio Muñoz Bata

Caminé por las mismas calles por las que los tanques soviéticos avanzaban destruyendo el adoquinado esa fría y nublada mañana del 21 de agosto. Recordé a los jóvenes checos armados con la bandera nacional que enfrentaban a los tanques del Pacto de Varsovia. Me acordé también de aquellos que se atrevieron a colgar banderas rojas con una suástica pintada en negro en los cañones de los tanques. Frente al Palacio Presidencial imaginé la escena en la que enfrentándose al Embajador soviético, el Presidente Ludvik Svoboda se negó a nombrar nuevos dirigentes y exigió la liberación de Dubcek y de sus más cercanos colaboradores, arrestados y torturados por la Policía política soviética.

Platicando con Dinah Spritzer, una periodista local, le pregunté qué piensan los checos de Alexander Dubcek. Quería saber cómo pasó a la historia nacional el hombre que por unos meses conmovió al Kremlin. "Es una figura romántica que tiene mayor relevancia para los pensionados que para los jóvenes profesionales e intelectuales que se identifican más con la revolución aterciopelada de Vaclav Havel en el 89, que con alguien que, con todo, seguía siendo comunista", me contestó Spritzer, autora de un ensayo en el que analiza el cambio de este país en los últimos 15 años.

En efecto, en este brevísimo lapso, la República Checa ha logrado afianzar su estabilidad económica e implantar un sistema democrático en el que impera el estado de derecho, una libertad de prensa irrestricta y respeto a los derechos humanos. El país se ha convertido en la capital mundial de las organizaciones no gubernamentales.

Los datos sólidos del progreso checo en estos últimos 15 años son impresionantes: el salario promedio mensual per-cápita ha pasado de 3 mil 170 coronas en el 89 a 16 mil 920; El número de periódicos diarios ha subido de 18 en 1989 a 96; la cifra de abortos ha disminuido de 125 mil 507 a 42 mil 304. El crimen reportado ha pasado de 121 por cada mil personas a 350. Los hombres viven, en promedio 4 años más y las mujeres 3. El número de estudiantes en educación avanzada se ha duplicado. Mientras que el consumo de carne roja ha disminuido y el de vegetales ha aumentado.

A pesar de estos innegables avances, los taciturnos checos siguen viviendo en la incertidumbre y el país sigue enfrentando problemas que otras naciones del este parecen haber superado. Los checos todavía no...

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