Frontera Invisible / ¡Felicidades a Bush! ¡Condolencias al resto del mundo!
| Autor | Sergio Muñoz Bata |
Por segunda vez consecutiva las peculiaridades del sistema electoral estadounidense impidieron que el resultado de la elección presidencial se conociera el día de los comicios. La confusión se resolvió cuando John Kerry aceptó que la probabilidad de que el escrutinio de las boletas pendientes en Ohio le diera el triunfo era remota y concedió la elección.
En rigor, el drama empezó temprano el martes dos de noviembre cuando varias encuestas de salida que circularon por la red daban como seguro ganador al senador por Massachusetts. De pronto, cuando las urnas apenas cerraban en California, el panorama cambió. El mapa nacional se tiñó de rojo republicano.
Para la madrugada, el margen de Bush en el voto popular, aproximadamente 4 millones de votos, parecía definitivo y se despejaban las incógnitas sobre la nueva composición del Congreso. Al día siguiente se supo que el Partido Republicano no sólo conservó sus mayorías sino que las aumentó en ambas Cámaras.
Hoy, más que hace 4 años, los republicanos han mostrado que dominan el escenario político en un país dividido en dos bandos irreconciliables. Como en la época de la Guerra Civil, en Estados Unidos sigue vigente la división norte-sur, urbano-rural, religioso-secular, universitario-no universitario.
Curiosamente, el viraje a la derecha que el país experimentó en esta elección parte de un supuesto difícil de entender fuera de Estados Unidos. Quienes votaron por Bush aducen que lo escogieron porque admiran sus "valores morales" pero no explican cuál es el sustento moral de una persona que miente de manera compulsiva.
Bush mintió al acusar al gobierno de Iraq de poseer armas de destrucción masiva. Volvió a mentir al sostener que existían vínculos entre Saddam Hussein y quienes participaron en los actos terroristas del 11 de septiembre. El presidente sigue mintiendo cuando pinta la situación en Iraq, en Afganistán y en el propio Estados Unidos con un optimismo que no se sustenta en la realidad. ¿De qué valores morales estarán hablando quienes votaron por él?
Quizá nada ilustre mejor este retorno al conservadurismo extremo que el brutal rechazo al matrimonio entre homosexuales. Los ciudadanos de 11 estados, (Michigan al norte; Oregon al oeste; Georgia al sureste; Mississippi al sur y otros) aprobaron ayer enmiendas constitucionales que definen el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer.
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