Colaborador Invitado / Redefiniendo la competitividad

AutorColaborador Invitado

Francisco Fernández-Castillo

La competitividad es un concepto relativamente nuevo que ha probado ser una nueva obsesión de los gobiernos de todo el mundo, por ser la razón y reclamo que buscan las regiones para atraer hacia sí, más y mejores inversiones y niveles de talento. Detrás de ello están las bases para generar mayores niveles de empleo y productividad que desembocarían en un mayor nivel de bienestar para toda la población. ¿O no?

Pues a medias. Observando las crecientes nuevas inversiones que se hacen en países como el nuestro, no siempre vemos crecer riqueza alrededor de las mismas. Así, un corredor industrial fuerte como el bulevar Tollocan en Toluca no ha detonado empresas proveedoras -ni de primer ni de segundo nivel como restaurantes u hoteles- sólidas alrededor de las fábricas. Lo mismo podemos decir de la zona aledaña a la fábrica de Volkswagen en Puebla, al Puerto Interior Guanajuato, a la hotelera de los Cabos.

La realidad es que, siempre en pro de la competitividad, los gobiernos han dedicado importantes esfuerzos a atraer inversiones y a retenerlas, pero no a multiplicar de forma eficiente la derrama directa que producen. Y lo anterior es fundamental, sobretodo teniendo en cuenta que hoy la situación socioeconómica y educativa de la población no necesariamente permite que se aprovechen las posibilidades que las inversiones atraídas pudieran generar.

Y en este nuevo reto tienen especial importancia las ciudades por ser éstas en donde más población habita y en donde, cuando las políticas no son correctas, se genera más rápidamente la pobreza. De esta forma, a la tradicional forma de definir la competitividad -habilidad de un país o región para atraer y retener inversiones y talento- es necesario darle un giro y complementarla o sustituirla por "la habilidad que tiene una región o un país para reducir la pobreza".

Al igual que la competitividad en sentido tradicional o de "locomotoras" está afectada por 10 factores, tenemos que la nueva competitividad está afectada por, al menos, cinco. Uno de ellos es, precisamente, ser competitivo de la manera tradicional. Esto es, se reconoce que para reducir la pobreza es necesario atraer y retener inversiones y talento, lo cual la convierte en condición necesaria pero no suficiente. La suficiencia se adquiere con otros cuatro temas normalmente no tenidos en cuenta como son: (1) configuración urbana, (2) acceso de las clases más desfavorecidas a la oferta productiva y educativa de la...

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