Isabel Turrent / Europa: entre Brexit y Grexit

AutorIsabel Turrent

A referendum is the triumph of democratic force over democratic freedom... it overrules the representative principle... separating decision from (legislative) deliberation.

Lord Acton

La cumbre de la Unión Europea (UE), que empezó el jueves 25 y reúne a las cabezas de los países que la conforman, a sus ministros de finanzas, y a la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, ha transcurrido en una atmósfera sombría de nervios crispados.

No es para menos. Los representantes europeos han debatido y negociado bajo dos amenazas que pueden destruir, no sólo a la Europa unida tal como la conocemos, sino a cualquier proyecto futuro que implique profundizar la integración de la UE o ampliar el club europeo. Las amenazas, que tienen ya nombre propio derivado de sus siglas en inglés, son la posible salida de Grecia -o Grexit- de la eurozona y de la integración monetaria a la que pertenece, y la Brexit, si el gobierno conservador del primer ministro David Cameron convoca en 2017 al referéndum que prometió y el electorado decide que el destino de Inglaterra está fuera de la UE.

Las urgentes y tormentosas negociaciones entre la Europa unida y el nuevo y radical gobierno griego que encabeza Alexis Tsipras relegaron a un segundo plano las demandas que Cameron presentó en Bruselas el 25 de junio, y de las cuales depende la convocatoria al prometido referéndum.

Pero el segundo plano no puede ocultar el brete mayúsculo que implicaría para la UE ceder a las propuestas inglesas, ni las terribles consecuencias que tendría la salida de Inglaterra para todos los involucrados, ni el hecho de que Brexit es mucho más probable que Grexit.

El caos económico griego es de tal magnitud que Atenas parece no tener otra salida que refugiarse bajo el manto de la UE, y una mayoría de votantes desea que Grecia permanezca en la Unión Europea.

Por el contrario, en Inglaterra, el euroescepticismo domina el ánimo público. El rechazo a la pertenencia a la Europa integrada (y a los inmigrantes que muchos ingleses asocian con ella) no es monopolio del partido de ultraderecha UKIP. El odio a la UE ha ganado adeptos en todos los partidos políticos y permeado a todos los sectores sociales. Desde los empresarios, que apoyados en el mejor desempeño económico de Gran Bretaña frente a Europa en los últimos años creen que nada necesitan de la UE, hasta los obreros que juran que los inmigrantes del continente que llegan al país al abrigo del libre tránsito de...

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