Isabel Turrent / Las sinrazones del terrorismo
Autor | Isabel Turrent |
El terrible atentado terrorista que cobró la vida del representante de Naciones Unidas en Iraq, Sergio Vieira de Mello y de varios miembros de su equipo, fue la mejor prueba de la eficacia con que la ONU estaba cumpliendo sus tareas. Vieira de Mello había establecido una relación estrecha y funcional con los norteamericanos, había promovido con éxito la formación de un Consejo provisional de gobierno que incluye a representantes de los diversos grupos que forman la sociedad iraquí y promovido el reconocimiento del Comité por el resto de los países árabes. Su equipo de trabajo estaba involucrado en importantes tareas. Entre ellas, la distribución de alimentos y medicinas y la remoción de minas. La ONU era la única institución que ofrecía asistencia imparcial y desinteresada a los iraquíes y Vieira de Mello había sido especialmente cuidadoso en subrayar la independencia de NU frente a las fuerzas de ocupación. Hace unos días declaró abiertamente su oposición a la invasión británico-norteamericana de Iraq. No sorprende que la primera reacción haya sido de azoro: ¿Por qué los terroristas dirigieron sus baterías contra Vieira de Mello?; ¿por qué contra Naciones Unidas? Por dos razones fundamentales: en primer término, porque el equipo de Vieira estaba restableciendo con eficacia el orden en las esferas de su competencia y en segundo lugar, porque los terroristas pudieron llevar a cabo el atentado sin mayores obstáculos.
Ese mismo día, un enviado de Hamas y Jihad islámica, dos de las facciones terroristas palestinas, se estalló en Jerusalén en medio de un autobús repleto de pasajeros dejando una estela de heridos y 20 civiles muertos, incluyendo a cinco niños. Hasta ese momento, el Mapa del Camino -el plan de paz que Washington y tres firmantes más diseñaron para terminar con el enfrentamiento entre israelíes y palestinos- había conseguido, entre tropezones, algunos avances. Abu Mazen, el primer ministro palestino, había logrado comprometer a las facciones terroristas en una semi-tregua que había dado un respiro a los israelíes y a cambio, el gobierno de Israel había liberado a más de 300 presos palestinos, parecía dispuesto a regresar dos ciudades más de Cisjordania a la Autoridad Palestina y había entablado pláticas con Abu Mazen y el encargado de la seguridad en los territorios ocupados. Las respuestas a la pregunta obligada -¿por qué perpetrar un atentado terrorista en esos momentos?- son idénticas a las que pueden darse al ataque terrorista...
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