Isabel Turrent / Las tareas del Estado

AutorIsabel Turrent

Un gobernante puede recibir altas calificaciones en renglones como la consistencia o la capacidad de comunicación, y altos porcentajes de popularidad en las encuestas, y aún así encabezar un Estado que no está cumpliendo con las tareas básicas que sustentan la legitimidad de su quehacer político.

Los pensadores de la política que han tratado de encapsular los deberes del Estado y aconsejar, o advertir, a los políticos sobre los riesgos de olvidar esos deberes se pierden en el tiempo. Geoff Mulgan, un inglés que publicó Good and Bad Power en 2006 (cuando los británicos podían todavía darse el lujo de trazar horizontes políticos que abarcaban todos los tiempos, antes de que Brexit se convirtiera en un embudo -indescifrable- y absorbiera todo), recogió el pensamiento de muchos y trazó un buen mapa de los deberes que un Estado debe cumplir para ser legítimo.

Son cuatro: 1) protección y seguridad, 2) bienestar, renglón que abarca las tareas del Estado benefactor moderno, 3) justicia -respeto al Estado de derecho y a las instituciones que lo sostienen- y 4) la tarea que suena más utópica en estos tiempos populistas: la defensa de la verdad y del conocimiento científico y racional. Estos deberes engloban las demandas de los gobernados desde los tiempos más remotos hasta las sofisticadas sociedades modernas. Son la vara perfecta para medir el desempeño y la legitimidad de un Estado.

El balance del gobierno de López Obrador frente a los deberes que le impone ocupar la Presidencia del país está en números rojos. No le interesan el orden, la seguridad -que ha puesto en manos del Ejército- y la salud ambiental indispensables para que todos sus gobernados vivan bien. Ni siquiera le importan todos sus gobernados, sino ampliar su base clientelar. Tampoco le preocupa mayormente la justicia. Su objetivo es someter al Poder Judicial porque él es el Poder Judicial. El que perdona sin juicio de por medio, el que condena y descalifica a sus oponentes, sin pruebas. Y no hablemos de la defensa de la verdad. LO no respeta la palabra: ataca a los medios que lo critican, polariza, sigue blandiendo sus propios datos y derruyó el presupuesto de las instituciones dedicadas a promover el conocimiento científico.

La Cuarta Transformación se ha enfocado básicamente en una de las cuatro obligaciones que debe cumplir...

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