Isabel Turrent/ ¿Tiene solución el Medio Oriente?

AutorIsabel Turrent

Mas allá del sufrimiento y de centenas de muertes, la cara más trágica de los largos meses de violencia que han escenificado palestinos e israelíes es que ambos tenían la solución al conflicto en las manos justo en el momento en que estalló la "Intifada". A pesar del fracaso de la cumbre convocada por el presidente Clinton en Camp David a mediados del año 2000, las negociaciones secretas entre palestinos e israelíes continuaron y culminaron a principios de este año con un encuentro entre los dos, sin terceros, en la población egipcia de Taba. En medio de la violencia creciente, los participantes en esas pláticas han hecho el recuento de los acuerdos y han deplorado el rompimiento y la brecha abismal que esa violencia ha abierto entre palestinos e israelíes.

En la versión oficial palestina de Camp David, publicada por cierto en la prensa israelí a fines de julio, negociadores que acompañaron a Arafat explicaron el rechazo aparentemente inexplicable de Arafat a la generosa oferta del entonces primer ministro israelí Ehud Barak. Dejando a un lado demandas

palestinas inaceptables como el retorno de millones de refugiados al territorio israelí o la queja palestina de que Israel "no ofreció una sola concesión en relación a su territorio y a sus propios derechos" (afirmación que parte de un supuesto erróneo e incomprensible -a saber, que Israel debe actuar como la parte "derrotada" y los palestinos exigir como la "victoriosa"), varias de las observaciones palestinas son correctas. El proyecto de Barak ofrecía a los palestinos soberanía tan sólo sobre barrios aislados de Jerusalem, mantenía el control sobre el espacio aéreo y las fronteras de la futura Palestina y dividía el territorio palestino en cuatro "cantones" rodeados por Israel y en consecuencia, bajo su control.

Taba estuvo dedicada a estos asuntos que parecían intratables. La mejor prueba de que podrían haberse resuelto en la mesa de las negociaciones fue que palestinos e israelíes los discutieron y por primera vez, Israel aceptó otorgar a los palestinos soberanía total sobre los barrios árabes de Jerusalem y control sobre el espacio aéreo de Palestina. Esta atmósfera de concordia hizo posible que días antes del estallido de la Intifada (que voló en pedazos los acuerdos de Oslo, de Taba y cualquier posibilidad de reelección de Barak en febrero), Arafat y el primer ministro se reunieran en la casa del israelí y aseguraran por teléfono a Clinton que resolverían a corto plazo el conflicto...

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