Ivaginaria / Los ovarios siempre pesan

AutorElia Martínez-Rodarte

Esta semana pasada me escribió un acongojado señor casado a quien lo dejó su amante. La muchacha a quien tanto amó y con quien tuvo un largo amasiato le engañó con otro.

Lamento mucho que la gente sufra aunque en este caso haya sido una cosa de justicia poética: la muchacha-amante no obtuvo a la pareja que ella deseaba y se buscó otro; el casado nunca se divorció (eso pocas veces sucede) y la señora del cónyuge triste, pues ahí está...

En donde me hizo ruido la situación es que el señor abandonado tachó de libertina a su amasia, por no llamarle puta como puntualmente me lo aclaró. Él fue infiel a su esposa y nunca tuvo el valor de divorciarse, cosa que la otra chica sí hizo en su momento. Él exige un deber ser a una mujer a quien no le pudo cumplir divorciándose, como hizo la amante. ¿Cómo le podríamos llamar a él?

A lo largo de la historia del mundo los hombres han cumplido una función y las mujeres otra. Si un bato es infiel y posee a muchas, se le llama macho potente y ponedor. Si una mujer hace lo mismo y se apropia de varios kilómetros de penes, entonces será una piruja sin concierto.

El sentimiento que me produjo este email fue una profunda tristeza. Hasta cansancio. ¿Cuándo será el día en que las mujeres y los hombres seamos juzgados con el mismo criterio?

La teoría feminista y la misma historia nos dice que hemos vivido en un mundo dictado por las reglas de los hombres, cosa que lentamente va cambiando. A pasitos muy pausados, pero finalmente en las mentes de hombres inteligentes, como la mayoría lo son, se va adecuando un espacio equitativo e igualitario.

Pero no podemos borrar centurias completas de machismo de un solo trancazo o nada más porque mis ovarios sean muy bonitos, según yo. Ése es un trabajo que debemos hacer todos y todas si no queremos construir una pared entre los biohombres y las biomujeres.

Incluso este mismo machismo, patriarcado, reino de los cojones o como les quieran llamar, ha sido propiciado y sustentado por las mismas vaginas parlantes que han creado más machitos que nos atormenten con sus juicios y sus...

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