Jaime Sánchez Susarrey / Camino al 18

AutorJaime Sánchez Susarrey

Andrés Manuel López Obrador tiene un solo objetivo: alcanzar la Presidencia de la República en 2018. Se trata, en parte, de una revancha por las derrotas ("fraudes") de 2006 y 2012.

Pero también es la convicción de un hombre mesiánico que tiene por misión salvar a México. Tarea que él, y sólo él, puede acometer. Tarea que le ha sido encomendada por la historia y por el pueblo bueno -atracado en dos ocasiones-, que espera su liberación definitiva.

La edificación y registro del Movimiento Regeneración Nacional era y es una condición para alcanzar ese objetivo, ya que servirá lo mismo para combatir a los sempiternos enemigos (PRIAN) que para enfrentarse a los traidores enquistados en el PRD.

El segundo paso será la consolidación de Morena en la elección de 2015. Por una parte, deberá ratificar su registro con una votación superior al 3 por ciento y, por la otra, plantarse frente al PRD y los partidos pequeños (PT y Movimiento Ciudadano).

La confirmación del registro se puede dar por descontada. No hay duda que Morena podrá superar el 3 por ciento de los votos. Las verdaderas incógnitas son: qué porcentaje de sufragios le arrancará al PRD, y si el Partido del Trabajo y Movimiento Ciudadano sobrevivirán a la embestida sin perder el registro.

Pero independientemente de lo que ocurra, el camino a la candidatura de la Presidencia de la República está completa y absolutamente despejado. Llueva o truene, a menos que la salud le falle, López Obrador será candidato por Morena en 2018.

La elección intermedia operará como un laboratorio para la estrategia de polarización que se pondrá en marcha en 2018. El No a las reformas, particularmente a la energética, que en teoría debería conducir a un referéndum, le servirá para enfrentar al gobierno (PRIAN) y para deslindarse de los oportunistas y colaboracionistas del PRD.

En esa primera escaramuza la correlación de fuerzas será, sin duda, favorable a López Obrador por tres razones:

1) Si no se celebra el referéndum, porque la SCJN no lo considere pertinente, Morena y el resto de la izquierda denunciarán un complot contra el pueblo y la nación.

2) Si se celebra el referéndum y gana el No, pero la reforma energética no se revierte, porque la Constitución no contempla tal posibilidad, el reclamo será aún mayor.

3) En ambos escenarios, López Obrador aparecerá como el líder más radical y consistente de la izquierda porque se opuso al Pacto por México y denunció al PRD por su colaboracionismo...

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