Jaime Sánchez Susarrey/ El festín de los enanos

AutorJaime Sánchez Susarrey

El primero en utilizar la metáfora fue Jorge Castañeda. Estados Unidos es un gigante (Gulliver) que deber ser atajado e inmovilizado por los enanos, es decir, por la débil comunidad mundial. No hay otra forma de preservar el orden internacional. Eso fue lo que dijo el entonces canciller en una entrevista que concedió cuando se negociaba la resolución 1441. Lo que Castañeda no advirtió fueron las consecuencias de semejante estrategia. Los enanos, como era previsible, no lograron contener a Gulliver, pero fueron lo suficientemente persistentes como para empujarlo a formar una coalición y lanzarse por la vía libre.

El golpe que se le ha propinado así a las Naciones Unidas es de pronóstico reservado. Esta no es, sin embargo, la primera vez que los Estados Unidos actúan al margen de la ONU. Basta recordar que la intervención de las fuerzas estadounidenses en 1999 en Kosovo para detener el genocidio se realizó al margen del Consejo de Seguridad. Washington decidió prescindir de cualquier consulta porque era previsible que Rusia ejercería su derecho de veto. En el caso de Afganistán tampoco hubo una resolución específica del Consejo de Seguridad que facultara a los Estados Unidos para emprender la ofensiva contra el régimen Talibán. La resolución 1368 del 12 de septiembre de 2001 se limitaba a reconocer el derecho inmanente de legitima defensa individual o colectiva.

Y si nos alejamos más en el tiempo, este tipo de historias se repiten. La Organización de las Naciones Unidas no tuvo ningún tipo de intervención en la crisis de Berlín (cuando el bloqueo soviético), en el caso de los misiles atómicos en Cuba, en la guerra de Viet Nam, en las invasiones soviéticas a Praga (1968) y Afganistán (1979), ni en el derrocamiento de Noriega en Panamá. La razón era y es evidente: los Estados Unidos o la Unión Soviética habrían utilizado su derecho de veto para frenar cualquier iniciativa del Consejo de Seguridad. Esta es una realidad histórica que no se puede soslayar.

Originalmente, el Consejo de Seguridad fue creado como una instancia donde las dos superpotencias (Estados Unidos y la URSS) y las potencias medias (Francia y Gran Bretaña al inicio y China después) alcanzarían acuerdos y limarían sus diferencias. Es por eso que durante toda la posguerra no ha funcionado, más que esporádicamente, como un ejecutor y garante del derecho internacional. Durante la crisis del canal de Suez, por ejemplo, fue la presión de los estadounidenses y los soviéticos la que...

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