Jaque Mate / Y ahora la Corte

AutorSergio Sarmiento

"Es cosa fácil ser bueno: lo difícil es ser justo".

Victor Hugo

La Suprema Corte de Justicia se está convirtiendo en el escenario donde se dirimen los principales debates del país. Ahora le tocará determinar si el presidente de la República tiene la facultad de hacer observaciones a un presupuesto aprobado por la Cámara de Diputados. El resultado práctico es lo de menos, ya que los diputados de oposición contarían con votos suficientes para echar para atrás las observaciones del Presidente aun si la Corte le da el derecho de hacerlas. Pero es muy importante para nuestro país saber hasta dónde llegan los poderes presidenciales.

Quizá el aspecto más positivo de esta disputa es que se está dirimiendo de una manera institucional. No hubo un intento del presidente Vicente Fox de simplemente publicar lo que quiso del presupuesto, como hizo Andrés Manuel López Obrador en el Distrito Federal hace algunos años en un momento en que la Asamblea Legislativa votó un presupuesto con el que él no estaba de acuerdo. Fox publicó el documento aprobado por los legisladores y al mismo tiempo promovió la controversia ante la Suprema Corte. A pesar de las descalificaciones intercambiadas entre el Presidente y los diputados, ninguno está tomando un camino fuera de la ley.

Tendremos que acostumbrarnos a que la Suprema Corte tenga un papel cada vez más relevante en la resolución de este tipo de conflictos. Ésa es precisamente la función de un tribunal supremo en un país con división de poderes. Uno podrá estar de acuerdo o en desacuerdo con las decisiones de la Corte, pero un tribunal de última instancia es absolutamente indispensable.

Si bien nuestra república tiene raíces que se hunden en la primera mitad del siglo XIX, la larga presidencia imperial del siglo XX hizo que la división de poderes se desvaneciera. Una consecuencia fue la indefinición de las facultades de cada una de las instancias de poder. La disputa sobre la capacidad del Presidente para hacer observaciones a un presupuesto aprobado por los diputados es sólo un ejemplo. Pero hay muchos otros vericuetos de la Constitución mexicana que deben ser interpretados y aclarados por una Corte independiente.

El papel de los tribunales en la vida pública es quizá uno de los elementos más importantes de la transformación que estamos viviendo como nación. Me queda claro que las decisiones de la Suprema Corte no son tan atractivas para los medios de comunicación como, por ejemplo, el triunfo de un candidato de...

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