Jaque Mate / Ayatolas

AutorSergio Sarmiento

"El deber de una oposición es muy sencillo: oponerse a todo y no proponer nada".

Edward Stanley

La brigada de los ayatolas culturales se ha lanzado nuevamente al ataque. Su propósito, como tantas veces en el pasado, es impedir la realización de una inversión que pudiera crear empleos. En esta ocasión el grupo se ha enrollado en la bandera de la defensa de las pirámides de Teotihuacan.

La banda de los ayatolas culturales se opone ahora a la construcción, por parte de la empresa Wal-Mart, de una Bodega Aurrerá en Teotihuacan. Ha creado para ello un Frente Cívico en Defensa del Valle de Teotihuacan, el cual está formado por activistas que en su mayoría vienen de otros lugares del país y que tienen el apoyo de importantes activistas políticos, como Gerardo Fernández Noroña, secretario de Movimientos Sociales del PRD, quien aparece en casi cualquier movilización política en cualquier lugar del país.

Este fin de semana los ayatolas se sentían ya seguros de su triunfo. Tres miembros de su banda habían empezado una huelga de hambre y el gobierno del estado de México, con el ánimo de evitar un conflicto, anunció que intervendría para detener la construcción y buscar un predio alternativo. Esto obligaría, sin embargo, a que el gobierno mexiquense utilizara recursos de los contribuyentes para indemnizar a la empresa por lo que ya ha construido y para pagar una mudanza del proyecto con el solo propósito de satisfacer las demandas de los ayatolas. Además, como Wal-Mart cuenta con todos los permisos de ley para su proyecto, habría primero que convencer a la empresa de moverlo a un predio nuevo.

No sorprende que este pasado domingo 3 de octubre un contingente de habitantes del lugar se haya enfrentado a la banda de fuereños con la idea de defender la inversión. La razón es muy clara: el proyecto generará empleos y mejorará la distribución de productos de consumo en el pueblo de Teotihuacan.

El problema con los ayatolas es que no muestran ningún interés en permitir la actividad económica o la generación de empleos. Esto lo han demostrado una y otra vez. Como ellos ya tienen empleos, pagados la mayoría de las veces por los contribuyentes, piensan que nadie más tiene derecho a ellos.

La historia de las movilizaciones contra proyectos de inversión por razones supuestamente culturales es muy larga, pero en su última etapa se inicia en 1996 con el movimiento en contra de la construcción de un club de golf con una zona residencial, un hotel y un centro de...

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