Jaque Mate / Lydia Cacho

AutorSergio Sarmiento

"Nos hallamos aquí, sin miedo a seguir la verdad, dondequiera que ésta nos lleve".

Thomas Jefferson

Lydia Cacho es una de las personas más valientes que conozco. En su lucha por defender a las mujeres y a las niñas que son objeto de violencia y de abusos no ha tenido miedo de enfrentarse a los personajes más poderosos del estado de Quintana Roo, donde radica, y de todo el país. En estos últimos días un hombre muy importante, el textilero José Kamel Nacif Borge, ha tratado de amedrentarla nuevamente.

Este viernes 16 de diciembre, un grupo de hombres armados se introdujo al Centro Integral de Atención a la Mujer A.C. (Cimac) en Cancún donde Lydia colabora para privarla de la libertad. La violencia de la acción hizo temer que se trataba de un secuestro ordenado por alguno de los hombres poderosos, incluidos narcotraficantes, que han jurado vengarse de quien defendió a sus mujeres cuando fueron víctimas de violencia. Sólo con el tiempo quedó claro que Lydia había sido detenida por agentes judiciales de Quintana Roo, quienes la entregaron a judiciales poblanos para su traslado a Puebla. A la activista de los derechos de la mujer no se le permitió hacer ninguna llamada telefónica sino hasta estar en Puebla.

El secuestro -o detención- de Lydia Cacho fue consecuencia de una denuncia por difamación presentada por Nacif Borge, un poderoso empresario de origen libanés llamado por algunos el Rey de la Mezclilla. La acusación es la respuesta a las revelaciones que Cacho hace en su libro Los demonios del Edén en que cuenta y documenta la historia de Jean Succar Kuri, un pederasta que violó y abusó a decenas, quizá cientos, de niñas en Cancún. En su libro, Cacho señala a Nacif Borge como protector de Succar Kuri.

Si bien la difamación no es un delito grave, por lo que Lydia ha obtenido la libertad bajo fianza en Puebla, su detención fue organizada para convertirse en una amenaza a su integridad física. Según la Procuraduría del estado de Puebla, Lydia había sido notificada en varias ocasiones de que debía presentarse en Puebla a responder la acusación. Pero ninguna de estas notificaciones llegó a su domicilio. El propósito era que las notificaciones no entregadas sirvieran de excusa para el secuestro.

El operativo fue organizado para generar temor en Lydia y en sus asociadas. Los policías judiciales irrumpieron armados y con lujo de violencia en las instalaciones del Cimac. No se identificaron. No permitieron que la activista se comunicara con nadie. El...

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