JAQUE MATE / La misma excusa

AutorSergio Sarmiento

"La corrupción y la hipocresía

no deberían ser productos

inevitables de la democracia,

como sin duda lo son hoy".

Mahatma Gandhi

Como en todos los demás casos en que impulsa medidas controvertidas, incluso ilegales, el presidente López Obrador afirma que lo hace para combatir la corrupción. "En esos actos de corrupción -declaró ayer- se dio la preferencia a estas empresas de generación de energías limpias en contra de la Comisión Federal de Electricidad. Lo que estamos haciendo ahora es poner orden y que haya piso parejo".

El mandatario anunció que va a pelear contra las suspensiones de los acuerdos de su gobierno que buscan frenar la generación de energías limpias por empresas privadas. "No es posible que estamos pasando por un mal momento económico todos y quieran seguir medrando como si nada pasara. La corrupción no se debe permitir en ningún momento y menos ahora".

No hay, sin embargo, visos de corrupción en los contratos de energías limpias. Las reglas son claras y justas. Se invitó a empresarios a invertir en plantas de nuevas tecnologías con la promesa de que la electricidad de menor precio se despacharía primero. Esto genera incentivos para aumentar la productividad y bajar el precio.

El gobierno, sin embargo, quiere cambiar post facto las reglas. Ordena que se compre primero la producción de la Comisión Federal de Electricidad, que no solo es más cara sino mucho más contaminante, y a los nuevos generadores ni siquiera les permite realizar las pruebas preoperativas para ofrecer electricidad en el mercado.

El Presidente, sin embargo, se queja: hasta "los periódicos más famosos del extranjero" dicen que "vamos a estatizar. No, lo que estamos haciendo es poniendo orden y acabando con la corrupción".

No es que los proveedores independientes de energías limpias fueran una amenaza para la CFE. Al 30 de junio de 2018, la capacidad instalada de energía eólica representaba 5.74 por ciento del sistema; la fotovoltaica, o solar, 2.16 por ciento. La Comisión, por otra parte, mantiene el monopolio de la transmisión y la distribución al consumidor final no industrial. El resquicio en el que entra la competencia es pequeño, pero ni siquiera esto es aceptable para un gobierno que quiere estatizar todo el sistema.

El acuerdo...

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