JAQUE MATE / Palabras del silencio

AutorSergio Sarmiento

"Lengua y palabra somos, preguntas encendidas, respuestas a veces...".

Jaime Labastida, "Voces"

No es común que un filósofo sea poeta o un poeta filósofo, pero Jaime Labastida no es un hombre al uso. Enamorado de la palabra, ha sabido jugar con ella tanto en el ensayo como en la poesía.

Quién habría pensado que una de las máximas figuras de la literatura y el pensamiento nacería en Los Mochis, una población de Sinaloa que en 1939 estaba "totalmente aislada del resto de la república. No había agua potable, no había calles pavimentadas, no había drenaje. La electricidad nos llegaba de la fábrica solamente por las tardes. Nos comunicábamos a través de una radio que mi padre improvisaba en el techo de la casa con antenas. Solo se escuchaba la XEW y únicamente por las noches".

Labastida, quien este 15 de junio cumplirá 80 años, es un hombre pequeño, elegante, que habla con precisión y fluidez. Es poeta, cierto, pero tiene un marcado sentido práctico. Ha dirigido Siglo XXI Editores desde 1990, pero ha combinado el cargo con muchos otros, como el de director de la Academia Mexicana de la Lengua durante ocho años hasta principios de este 2019.

En una azotea acondicionada como terraza en Siglo XXI, me dice que estudió filosofía "porque pensé que me daría un sustrato para escribir poesía". ¿Qué tienen en común la filosofía y la poesía? Responde sin dudar: "Las une el amor por la palabra".

Lo curioso es que Labastida es parco con las palabras. No cae en los fuegos de artificio; su poesía, con frecuencia erótica, es siempre sutil. "Desde la pluma brotas, súbita / llama tensa que se prende aun a la madera / húmeda y la quema y la guarda" ("Aguja en el pajar"), "Tú te abrías como el mar / para tragarme. Como la nube blanca, / envolviéndome, como la tierra negra" ("Horas").

La poesía reunida de Labastida ha sido publicada como Animal de silencios. La frase evoca a Martin Heidegger quien sostenía, me dice, que "Sin silencio no se puede hacer filosofía, sin silencio no se puede dialogar, el silencio es fundamental para escuchar". Ese mismo silencio lo preconizaba Baltasar Gracián (recuerdo para mis adentros: "el recatado silencio sagrado de la cordura") al decir, en palabras de Labastida, que...

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