Jaque Mate / Usos y costumbres

AutorSergio Sarmiento

"Nadie es como otro. Ni mejor ni peor. Es otro."

Jean-Paul Sartre

El presidente de México dio una conferencia de prensa en Guatemala este 23 de marzo junto con el mandatario guatemalteco Oscar Berger. Al abordar el tema del Plan Puebla-Panamá, el presidente Fox dijo que México "no va a tomar ninguna acción, ninguna decisión que atropelle derechos de personas o de comunidades, objeción de usos y costumbres o que no esté de acuerdo con lo que la propia comunidad decida".

Esta declaración revela un concepto "políticamente correcto" de los usos y costumbres que hace mucho tiempo debió haber sido desterrado de nuestro país. Las prácticas que se conocen con ese nombre son perfectamente aceptables -como lo es cualquier otra característica de diferenciación de una persona o comunidad- siempre y cuando no se contrapongan a los derechos individuales. El problema es que los usos y costumbres se emplean normalmente como una justificación para violar los derechos de las personas.

Un caso reciente es el de Macedonia Blas, la indígena otomí que en agosto del 2003 fue atacada por varias personas de su comunidad queretana, quienes la acusaban de adulterio. Entre otros castigos, por su supuesta falta le untaron chile en los genitales. Macedonia tuvo el valor de denunciar a sus agresores, quienes se defendieron ante el juez diciendo que el castigo era el que imponían los usos y costumbres de la comunidad. El juez que vio el caso condenó a los agresores a pagar una pequeña multa, pero en la sentencia explicó que esto lo hacía porque no se había podido comprobar que el untar chile en los genitales a una mujer fuera efectivamente un castigo tradicional entre los otomíes. En el aire, sin embargo, quedó una pregunta evidente: ¿Y si lo fuera? ¿Justificaría eso la práctica?

Los usos y costumbres se han convertido en una de las formas favoritas de violar los derechos individuales en nuestro país. En muchas comunidades indígenas los caciques recurren a ellos para impedir que haya votaciones democráticas que pongan en peligro su autoridad. En otras se emplean para despojar a las mujeres del derecho a votar. En algunas más, como en San Juan Chamula, Chiapas, son la justificación para expulsar de sus hogares a quienes profesan una religión distinta a la de la comunidad. En unas más se utilizan para justificar el homicidio.

Efectivamente, ahí está el caso del reportero Philip True del San Antonio Express News, quien fue asesinado en diciembre de 1998 por dos huicholes...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR