Javier González Garza / Involución democrática

AutorJavier González Garza

La perspectiva de la realización de las elecciones presidenciales de 2012 cada vez es más desalentadora. Hoy menos mexicanos consideran posible transformar el país por medio de las instituciones electorales vigentes.

Ante la debilidad de las instituciones, más allá de la crisis de seguridad que padecemos, tenemos los graves retrocesos en las instituciones encargadas de organizar y darle validez a las elecciones: el Instituto Federal Electoral y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

El IFE es el resultado tangible de las luchas democratizadoras de la sociedad mexicana. Por muchos años, las elecciones fueron organizadas por el gobierno. Lograr la creación de un órgano independiente del poder político, que llevara a cabo esta tarea, costó años de luchas y concretamente fue la salida al descontento popular que generó el fraude electoral de 1988. La organización de las elecciones por ciudadanos transformó el sistema electoral y abrió la perspectiva de la "Transición Democrática", que, aún con la alternancia, hoy se considera frustrada.

Pero la autonomía del IFE empezó a desmontarse desde 2003, con la elección de consejeros afines a los dos partidos con mayor fuerza, el PRI y el PAN. Ello desembocó en el triste papel que jugó el instituto en la elección de 2006.

Hoy el IFE se encuentra funcionando con sólo seis de sus integrantes. La Cámara de Diputados no ha nombrado a tres consejeros electorales. El conflicto se debe a la intención del PRI de imponer dos consejeros sometidos a sus intereses, para tener mayoría de votos al interior del Consejo General y así el control total del instituto.

Para que los integrantes del IFE sean útiles a la democracia no deben ser representantes de los partidos políticos ni de los poderes fácticos del país. Si las decisiones del Consejo General del IFE se vuelven partidarias o parciales, el modelo de autonomía deja de funcionar. Si esto sigue así, avanzará el descrédito y la disfuncionalidad, hasta la destrucción misma del instituto.

Actualmente, el IFE y algunos de sus consejeros están constantemente recibiendo ataques de los poderosos del país. El más reciente ejemplo lo tenemos en el frustrado intento de reglamentar el derecho de réplica en medios electrónicos. La última reforma electoral aprobada en 2008 aborda el tema y algunos consejeros electorales intentaron dejar claras las atribuciones del IFE en esa materia. El mo- nopolio que unas pocas empresas ejercen en la comunicación política...

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