Jesús Estudillo: Un hombre que se habla de tú con el quetzal

AutorImanol Hernández

Fotos: Cecilia Del Olmo

En el bosque, en la selva y en el campo es común escuchar el canto de las aves por la mañana; sus agradables y entonadas notas anuncian el aura de un nuevo día, pero la gente que vive en la ciudad, pocas veces se detiene para escuchar la belleza de su melodía; a pesar de nuestras grandes construcciones, de las calles de asfalto y de la invasión que hemos perpetrado contra la naturaleza, las aves siguen ahí, despertándonos con sus trinos, y adaptándose al hábitat que les hemos impuesto.

Hay quienes se preocupan por rescatar la biota para evitar la extinción de ciertas especies que por el avance de la civilización han visto acotado su medio ambiente y su forma de existencia, tal es el caso de Jesús Estudillo, director y propietario de uno de los centros de reproducción de aves más grandes del mundo, para él convivir con un quetzal es cosa común.

Ubicado en el Municipio de Ixtapaluca, a unos cuantos kilómetros de la ciudad de Puebla, se encuentra el Centro de Reproducción de Aves La Siberia, el cual cuenta con más de varias hectáreas en las que el doctor Estudillo se ha encargado de reproducir microclimas para que aves como el quetzal o el águila arpía puedan vivir y reproducirse en condiciones lo más cercano posible a su medio natural.

La historia del aviario se remonta a 40 años atrás cuando su padre montó una granja avícola que no dio los resultados económicos esperados, pero sí fortaleció su amor hacia la fauna, lo que permitió que el lugar se convirtiera en un centro de conservación y reproducción de aves en peligro de extensión.

"Mi gusto por los animales, y en especial por las aves ,nació por el mismo interés de mi padre en las aves domésticas y de granja, yo poco a poco me fui interesando en el modo de cuidar a los animales y fui adquiriendo mis primeras especies de aves", afirmó.

La casa de Estudillo se encuentra ubicada en el centro del aviario, cuenta con dos plantas y más de 6 habitaciones, cuyas ventanas están cubiertas de enredaderas y desde las cuales se puede observar a unos cuantos centímetros el vuelo de las aves.

Una de las aves que hay en el aviario es el quetzal, quizás el ave más bella del mundo por la extensión de sus plumas, su colorido y su exoticidad, así como su canto. Jesús extendió su mano, sobre la cual se posó uno para comer algunos frutos secos.

"Me siento más honrado de que el quetzal coma de mi mano, a que un Mandatario me la estreche, pues Mandatarios y políticos hay muchos, en cambio...

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