Tragaluz/ Jesús Ortega: 'No soy un religioso'

AutorFernando del Collado

Desenfadado a su estilo, más propenso a los acuerdos que a los enfrentamientos, el dirigente perredista en el Senado dice medir la calidad política en razón de los ánimos prestados a ese servicio: "No hay política sin pasión y no hay político bueno que no sea tremendamente apasionado".-¿Recuerda cuánto sacó en matemáticas en la primaria?

-No era muy bueno. Creo que me habré sacado un 7.

-¿Cuál es la raíz cuadrada de cero?

-¡La raíz cuadrada de cero, pues es cero!

-¿Un país reprobado en educación sólo es apto para mítines?

-¡Noo! Pero sí reconozco que en México hay un bajo nivel educativo. Si no resolvemos el problema educativo, el país seguirá navegando entre los países subdesarrollados.

-¿Qué es la libertad?

-El derecho de hacer y decir lo que uno considera correcto.

-¿Y desde cuándo la ejerce?

-Soy consciente de mi libertad, quizá, desde mi adolescencia.

-¿Qué es más peligroso: el ántrax o el moho del pan?

-No, pues mira: el ántrax es un bacilo que es muy dañino, y el moho del pan sirve para hacer antibióticos. Así que es mucho más dañino el bacilo del ántrax que el hongo del PAN.

-¿Qué tiene "el jefe Diego" de talibán?

-No quiero que esto parezca peyorativo, pero parece que

Diego tiene una visión del orden que, a veces, se convierte en autoritarismo. Y casi todo autoritarismo es intolerancia.

-¿Qué le dijeron que era la coordinación parlamentaria?

-Yo represento al grupo, pero yo no soy el grupo. Y mis ideas no son necesariamente del grupo.

-¿Con esa bancada no le dan ganas de pasarse al PRI?

-No, no, al contrario. Me siento muy orgulloso de representar a un grupo parlamentario con sus virtudes y sus errores.

-¿Es cierto que su máxima es "más vale un mal acuerdo que un buen pleito"?

-No, más bien yo digo que siempre es necesario el acuerdo sobre el pleito. Además soy un político y un hombre que busca consenso.

-¿Cuál es el precio de un senador?

-¡El mío, ninguno!

-¿Qué le queda hoy de revolucionario?

-¡Muchísimo! Soy y me creo un revolucionario. El problema es interpretar revolucionario con traer una bomba arriba de la cabeza, un morral y andar gritando en los mítines. Soy un revolucionario porque no creo que la violencia sea la solución a los problemas.

-¿Por cierto, la consigna es "reventar al IPAB o morir"?

-No, noo, la consigna para seguir haciendo mejor nuestro trabajo como legisladores es tratar de que el IPAB no siga perjudicando al país. Por eso estamos haciendo un esfuerzo para que se corrija su funcionamiento y porque haya...

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