Joaquín Garralda/ El ejemplo de Ulises: rico en ingenios

AutorJoaquín Garralda

Partiendo de estas actuaciones, se puede pensar que los comportamientos de los directivos de las grandes empresas -ahora puestas en duda- le tenían por un buen ejemplo a seguir. Ahora bien, ¿cuándo acaba la astucia y empieza el engaño? No es fácil establecer una línea nítida aceptada por todos. Se entra en consideraciones de juicios de valor que están basados en experiencias y valores, que en bastantes casos -como se puede apreciar en los hechos descubiertos recientemente- situarían esa línea fronteriza en una posición que para la mayoría se podría considerar como engaño.

Para iluminar esta ambigüedad, se puede utilizar la imagen de una línea continua que va avanzando desde la astucia hasta llegar a la mentira, y en la que el diagnóstico del grado de "corrección" de la posición que se ocupa, es siempre opinable y depende de un juicio de valor por parte del que hace el diagnóstico. Sin embargo, hay un aspecto importante a tener en cuenta para poder comprender mejor muchos comportamientos, y es el factor dinámico de las expectativas. Cuando las decisiones se han ido "forzando" al buscar soluciones creativas, ante una situación que se considera coyuntural y se espera que mejore, el razonamiento que profesionales "aguerridos" es por qué adelantarse con las malas noticias, si es probable que se transformen en buenas y, en cambio, si se dicen, el daño para la imagen de la empresa ya está hecho y no será lo mismo para recuperarla después.

Este momento de "contener la respiración", es el en que de la astucia se pasa al "engaño temporal", el problema surge si la situación persiste, ya que es fácil pasar a la mentira descarada, confiando en que nunca pasa nada, o que al final todo se arregla.

Los directivos de las grandes empresas en las primeras incursiones por contabilidad creativa, tienen a Ulises como una figura ejemplar que con sus astucias ganó una guerra y logró escapar con sus hombres de una muerte segura devorados por el cíclope. El problema es que existe un factor que acelera ese proceso, la asimetría del riesgo. Ante una situación de ganar más se es más cauto, pero si se está perdiendo, la audacia empuja nuestras acciones. Lo que en términos de refranes populares se puede indicar como la asimetría entre el dicho: "más vale pájaro en mano que ciento volando", y el otro dicho: "de perdidos al río". Sin embargo, lo que se percibe en estos refranes, es un punto de vista muy individualista, no se incluye ninguna referencia a los demás, es decir...

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