Jorge Alcocer V. / Diez años

AutorJorge Alcocer V.

"Reforma" cumple 10 años. Es motivo más que suficiente para felicitar a su director, a sus colaboradores y a todos los que han hecho posible que cada mañana este diario llegue a la cita con sus lectores. En el variopinto universo del periodismo mexicano, el trabajo de Alejandro Junco y su equipo se distingue no sólo por la consistencia a lo largo de una década -ya habían dado prueba de esa tenacidad en la casa originaria-, sino ante todo por su lealtad a un proyecto que vino del norte a refrescar el cargado ambiente de los medios impresos en la Ciudad de México.

Reforma no es el primer medio impreso en el que la libertad se ejerce sin cortapisa, pero ha sido leal a ese principio. Tampoco es el primer intento de hacer un periodismo veraz y al mismo tiempo equidistante de los factores de poder, pero lo ha hecho sin recurrir a la denuncia infundada, a la diatriba o al escándalo. En sus páginas han tenido mayor importancia los hechos que las opiniones. Esa característica es, por sí misma, un valor a preservar.

Reforma no es el primero, pero sí uno de los medios de comunicación que de manera consistente se empeña en traspasar el umbral de la nota de oportunidad, la declaración de banqueta, la ocurrencia del declarante, para indagar las entrañas de los asuntos que importan a la sociedad. Muchos son los casos en que desde estas páginas se han abierto expedientes que estaban ocultos, el periodismo de investigación tiene aquí una de sus expresiones más notables.

Reforma ha sido cuna, también universidad, de una nueva generación de periodistas que cubren los diversos ámbitos de la vida nacional. Después de 10 años, esa formación y experiencia nutre otros medios, que en éste han encontrado la competencia que antes no tenían. Que este diario haya enfrentado, incluso, intentos apenas disimulados de clonarlo es prueba de su calidad, sólo que nunca será lo mismo el producto original que el sucedáneo.

Reforma se distingue por la calidad de su diseño y por la limpieza de su impresión. Aquí se terminó con la costumbre de remitir al lector a páginas interiores para seguir una nota iniciada en la primera plana. Aquí la nota de primera es directa, concisa. Quien quiera entrar al detalle tiene la referencia que le permite hacerlo en páginas interiores. El riesgo que se paga es dejar al lector en ascuas, cosa que ocurre con frecuencia, igual que con las cabezas de nota, en donde este diario podría tener varios premios, tanto por el enigma que provocan como por la...

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