Jorge Alcocer V. / Ruptura cumplida
| Autor | Jorge Alcocer V. |
Habrá que admitir que el Pacto por México duró más, y dio mayores frutos, de lo esperado. Como se comentó al día siguiente de su firma, hace un año, el documento elaborado por los dirigentes de los tres mayores partidos y el gobierno federal quedó sobrecargado de compromisos, careció de un ordenamiento jerarquizado de ellos, de una ruta crítica transitable y de la combinación de esfuerzos entre operadores políticos, legisladores y expertos.
Negociado por fuera del Congreso, el Pacto generó una creciente tensión entre los grupos parlamentarios y sus partidos; su Consejo Rector no supo, o no quiso, incorporar a los legisladores en las tareas para redactar las iniciativas de reformas constitucionales o legales; las tres que se lograron -educativa, telecomunicaciones y financiera- salieron adelante por la disciplina impuesta a diputados y senadores, no por el convencimiento.
Los integrantes del Consejo Rector perdieron la brújula en el tema político-electoral; a pretexto de las elecciones locales de este año dejaron pasar el tiempo; cuando los conflictos se agudizaron, el gobierno y su partido admitieron firmar un adéndum, que a la postre resultó de imposible cumplimiento. Pasada la jornada electoral, con los ánimos opositores dominados por el afán de revancha, integraron mesas de trabajo, a las que encomendaron una misión imposible: redactar las iniciativas que dieran forma legislativa a una ensalada de pendientes y ocurrencias. Ni una sola iniciativa ha salido de esos grupos; las que supuestamente sirven de base al confuso dictamen que está ahora mismo a debate fueron elaboradas, una, por los senadores del PAN y PRD, y la otra por legisladores y dirigentes del PAN.
La cuerda se rompió por donde estaba anunciado; los acuerdos alcanzados en materia político-electoral en el grupo de trabajo del Senado, llave para abrir la puerta a la reforma energética, fueron el pretexto para que los dirigentes del PRD tomaran la decisión de romper el Pacto. Fue público que en ese grupo de trabajo participaron los senadores perredistas, a los que se atribuyen varias de las ocurrencias y disparates que contiene el proyecto de decreto, incluyendo la desaparición de la institución que mejor representa la transición mexicana a la democracia, el IFE.
Es cierto que la democracia funciona a partir de la regla de mayoría; pero también lo es que, desde 1994, la legitimidad de las reformas electorales se funda en la concurrencia de los tres mayores partidos. El dictamen...
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