Jorge Alcocer V. / Agenda

AutorJorge Alcocer V.

El jueves de la próxima semana concluirá el periodo de gracia que el obligado receso de las Cámaras del Congreso otorgó al nuevo gobierno durante el mes de enero. El segundo periodo ordinario de sesiones del primer año de ejercicio de la LX legislatura, que concluirá el 30 de abril, será la oportunidad para verificar si las declaraciones de los coordinadores parlamentarios en el sentido de procesar algunas de las reformas pendientes pasan de los dichos a los hechos, o por el contrario, se repite la historia de los reclamos y desencuentros que durante los seis años anteriores, en dos legislaturas consecutivas, trabaron la relación entre el Congreso y el Ejecutivo.

La saturada agenda de pendientes obligará, en primera instancia, a convenir los temas en que los legisladores consideren factible el más amplio acuerdo. Los siguientes tres meses abren una oportunidad, quizá irrepetible, para construir soluciones sin enfrentar el ruido de procesos electorales en puerta. Por más buena voluntad que exista entre los legisladores, la lógica de la competencia electoral, que abrirá en mayo en Yucatán, es el mayor riesgo para alcanzar acuerdos.

La coyuntura inmediata es de doble filo. Por una parte, la situación del mercado petrolero internacional impulsa la adopción de medidas que fortalezcan los ingresos tributarios. Pero por otro, los incrementos de precio en varios productos de consumo generalizado provoca reacciones y demandas (aumento salarial de emergencia) que complicarán las cosas en el Congreso y en el trato con los sindicatos.

El gobierno parece decidido a concentrar su capacidad de negociación en unos cuantos temas, entre los cuales estaría en primer lugar la reforma fiscal. En la reunión celebrada entre el titular de Hacienda, Agustín Carstens, con los coordinadores parlamentarios de la Cámara de Diputados, se atribuye al primero la afirmación de que la reforma deseable es aquella que resulte posible... de obtener los votos necesarios para su aprobación.

El juego de palabras permite deducir que el Ejecutivo será muy cauto en la presentación de sus propuestas, con el fin de no alentar conductas radicales que eleven el costo político para los legisladores dispuestos a dar su voto a favor de medidas que necesariamente pasan por la revisión de tasas y la eliminación de privilegios a ciertos sectores. Se antoja difícil que el PRD consienta en la elevación de impuestos, en cambio podría acompañar la adopción de reformas en el segundo terreno.

En...

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